Una lesión ha interrumpido la racha de veintinueve partidos seguidos de Liga que Daniel Wass acumuló entre las últimas jornadas del pasado curso y las primeras veintiséis del actual. Una lumbalgia, primero, y una hernia discal lumbar, después, han obligado a guardar reposo a uno de los futbolistas que más ha participado en los últimos tres años con el Celta. El danés ya ha superado los 9.000 minutos de juego, en 127 partidos, con la camiseta celeste desde que llegó a Vigo procedente del Evian francés.
El equipo de Unzué se ha resentido de la ausencia del centrocampista escandinavo en los tres últimos partidos de Liga, donde sumó un triunfo ante la UD Las Palmas (2-1), una derrota contra el Atlético de Madrid (3-0) y un empate sin goles frente al Málaga. El técnico navarro espera recuperar a Wass para la cita del sábado 31 de marzo en San Mamés, pues ya ha vuelto a los entrenamientos individuales en A Madroa.
La regularidad es una de las características de Daniel Wass, un futbolista que en Vigo también ha demostrado una gran polivalencia, pues a su función de centrocampista ha añadido la de lateral derecho, extremo e incluso media punta. Ese variado catálogo de funciones está relacionado en buena medida con su compañero Iago Aspas, pues el danés se ha convertido en el mejor complemento del goleador moañés en el esquema táctico de Unzué.
Con 4 goles y 7 asistencias, Wass se ha convertido en uno de los centrocampistas más destacados de LaLiga. Con esos registros, solamente se ve superado por el barcelonista Paulinho y por el valencianista Guedes. A su capacidad en generar juego ofensivo, el danés añade un extraordinario compromiso en el trabajo de contención.
Con la competición doméstica adentrándose en la fase definitiva del año, Wass se había convertido junto a Stanislav Lobotka en el jugador de la plantilla que más citas había disputado. Horas antes del encuentro ante la UD Las Palmas, Unzué tuvo que prescindir del danés por culpa de unos dolores lumbares. El problema se complicó días después al detectar los médicos que el futbolista escandinavo tenía una hernia discal. Incluso se barajó la posibilidad de que pasase por el quirófano, pero finalmente se apostó por aplicar un tratamiento conservador que le ha permitido recuperar la actividad física y prepararse para reaparecer ante el Athletic Club o contra el Sevilla, que visita Balaídos el 7 de abril.
El contratiempo en la espalda privó a Wass de seguir sumando partidos de Liga y superar el récord que en los últimos años estableció Jonny Otto con 34 jornadas consecutivas. Otro danés, Michael Krohn-Dehli, también destacó por su regularidad en su etapa en Vigo y acumuló 33 encuentros de Liga seguidos. Con 29 aparecen Wass, nuevamente Jonny Otto y Lobotka. El eslovaco es el único céltico que ha disputado todos los partidos de LaLiga 17/18.
Los registros de Wass con la camiseta del Celta podrían ser mucho mejores si durante el curso pasado no fuese reservado en varias jornadas de Liga para que llegase en mejores condiciones físicas a la batalla que el equipo vigués libró tanto en la Europa League como en la Copa del Rey, competiciones en las que quedó apeado en semifinales.
A pesar de la lesión lumbar, Daniel Wass ya acumula 30 partidos en esta temporada, pues disputó cuatro en la Copa, con un acumulado total de 2.314 minutos.
Su mejor año como céltico, sin embargo, fue el pasado, en el que alcanzó los 54 partidos de competición oficial: 32 de Liga, 14 de UEL y 8 de Copa, con los que sumó 3.722 minutos.
Su estreno en Vigo tampoco le fue mal al internacional danés, pues disputó 43 partidos (36 de Liga y 7 de Copa), con un total de 3.177 minutos. En esa primera temporada como céltico, Wass solo se perdió dos partidos. En seis tampoco estuvo el curso pasado, mientras que en este acumula tres ausencias. 9.213 minutos suma como celeste un futbolista que este curso está todavía a tiempo de superar la barrera de los 10.000 minutos. Tendría que disputar los nueve partidos que restan de Liga. Su vuelta a la actividad la agradecerá el equipo y sobre todo su compañero Iago Aspas, quien dispone de mayor libertad de movimientos con el danés al lado, ocupando los espacios que deja atrás el moañés en su camino hacia el gol. Sin el escandinavo sobre el césped, el Celta se muestra más vulnerable y con menos pegada.
