"No clasificarnos para Europa no sería un fracaso, aunque evidentemente sería una desilusión", ha señalado este mediodía el portero céltico Sergio Álvarez, que el pasado domingo volvió a defender la portería ante el Málaga por lesión de Rubén Blanco. El "Gato de Catoira" prefiere, sin embargo, ver el vaso medio lleno y confía firmemente en la capacidad del equipo para reponerse de los últimos malos resultados y cumplir con el objetivo de regresar el próximo curso al continente. "La Liga está muy igualada, pero tenemos claro que dependemos de nosotros mismos y debemos pensar que para sumar puntos hay que ganar partidos", ha asegurado el guardameta tras el entrenamiento celebrado ayer por el plantel en A Madroa.
A pesar de el bajo pico de forma del equipo en el último mes, Sergio es optimista y se ha mostrado convencido de que habrá una reacción en los últimos nueve partidos que restan. "Soy muy positivo porque este equipo ya ha demostrado muchas temporadas que va a pelear hasta el final para llegar a donde todos queremos estar", ha dicho. Y ha añadido: "Hay que exigirse lo máximo que, siendo realistas, es aspirar a Europa".
En relación de los silbidos de una parte de la grada al equipo el pasado domingo, Sergio no teme que se produzca una desconexión entre el equipo y la grada en este tramo final de la temporada. "La afición lleva viniendo durante muchos años a Balaídos y la mayoría siempre nos anima para conseguir ese objetivo, que es entrar en Europa", ha manifestado el canterano, que considera "comprensible" que el público sea exigente con el equipo. "Siempre que vienes de una buena temporada, la gente nos exige lo máximo, es comprensible que nos quiera exigir cada día más y nosotros tenemos que verlo así. Pero este equipo siempre pelea para ganar y habrá días que nos salga mejor y otros peor", ha remachado.
