El Celta eligió una mala tarde para estrenarse en el Wanda Metropolitano. El Atlético de Madrid goleó a los celestes con una exhibición de pegada (3-0) ante su afición. El equipo de Juan Carlos Unzué, sin hacer un mal partido, no tuvo opciones de sumar un resultado positivo de su primera visita al nuevo coliseo colchonero porque los de Simeone enviaron a la red sus tres disparos únicos disparos claros entre palos. Griezmann, que atraviesa su mejor momento de la temporada, se inventó un golazo cuando mejor estaba el Celta. Un golpe justo antes del descanso que no se le atragantó a los vigueses, porque tras la reanudación Radoja pudo empatar de no haberse encontrado con el palo. Pero la réplica rojiblanca hundió a los visitantes. Vitolo se coló a la espalda de los centrales y marcó el segundo. Poco después, con algo de fortuna, llegó el tercero del Atlético, obra de Correa. Partido visto para sentencia con media hora todavía por disputarse. Unzué dio descanso a Aspas, Radoja y Sergi Gómez; Maxi tuvo desde fuera del área la oportunidad para acortar distancias y el encuentro terminó sin más ocasiones claras. El Celta se vuelve de vacío del Metropolitano, suma su cuarta derrota consecutiva lejos de Balaídos, donde el próximo domingo recibirá al colista, el Málaga.

Unzué repitió la misma alineación de la pasada jornada. El técnico navarro, que ayer aseguró que Aspas iba a ser titular a pesar de las molestias que sufrió entre semana, alineó junto al moañés a Maxi y a Emre Mor, que repitió de inicio por tercera vez esta temporada. Pablo Hernández volvió a suplir la ausencia de Wass.

El encuentro empezó con el campo inclinado hacia la portería de Rubén Blanco. El Atlético de Madrid salió dispuesto a mandar y generó mucho peligro con las continuas internadas de Vrsaliko. Un centro del lateral croata tras un taconazo de Diego Costa lo estuvo a punto de cazar Griezmann en el segundo palo. El Celta no encontraba la manera de conectar con sus delanteros y no protagonizó su primer acercamiento hasta superado el minuto veinte. Emre Mor dejó atrás a dos rivales y asistió a Maxi, que no consiguió enganchar un derechazo. El Atlético, un adversario siempre peligroso a balón parado, a punto estuvo de adelantarse gracias a un cabezazo de Godín que salió desviado por poco. La respuesta del Celta no se hizo esperar, con otro testarazo del 'Tucu' Hernández que tampoco encontró portería. Insistieron los vigueses por medio de Aspas. El internacional español, al que hoy siguió Julen Lopetegui desde la grada del Metropolitano, robó un balón en el pico del área rojiblanca, tiró una pared con Maxi y disparó con rosca demasiado alto.

Sin embargo, cuando parecía que el Celta empezaba a encontrarse cómodo, el Atlético dio el primer zarpazo antes del intermedio. A Griezmann le cayó en el lateral del área pequeña un rechace tras una jugada de saque de esquina en la que Lucas Hernández pudo hacerle falta al 'Tucu'. El delantero francés recortó ante Jonny y puso en balón en la escuadra.

Tras la reanudación el equipo vigués quiso responder. Radoja, llegando desde segunda línea, remató contra la madera un gran centro de Emre Mor. Pero del posible empate se pasó al segundo tanto de los locales. Vitolo trazó un desmarque a la espalda de los centrales del Celta y Griezmann le encontró. El canario picó la pelota por encima de Rubén Blanco. Siete minutos después Ángel Correa, que acababa de sustituir a Vitolo, firmó la sentencia. Al argentino le favoreció un rechace de Roncaglia antes de fusilar al portero celeste.

Con el encuentro resuelto Unzué reservó las fuerzas de sus jugadores importantes. Retiró a Aspas, Radoja y Sergi Gómez y dio minutos a Brais Méndez, Lucas Boyé y Gustavo Cabral. Maxi Gómez, desde lejos, pudo haber marcado el gol del honor de no ser por la estirada de Oblak. El marcador ya no se movería. El Celta regresa del Metropolitano con las manos vacías y ha de empezar a preparar el encuentro del próximo domingo en Balaídos contra el Málaga.