El Rápido de Bouzas se ha ganado a pulso esta temporada el derecho a soñar. La victoria de ayer deja sentenciada la permanencia en la categoría y ahora el objetivo ha cambiado. En el vestuario nadie se pone límites, pero sí una condición, que no es otra que mantener la intensidad que han mostrado en los veinticinco partidos disputados.

El filial céltico ha sumado la séptima jornada consecutiva sin poder llevarse los tres puntos y ha caído hasta la zona media de la clasificación, dejando la cuarta plaza a nueve puntos.

Rubén Albés trató de sorprender a Borja Jiménez introduciendo algunos cambios en el "once" inicial. En la zaga colocó a Riki en el centro junto a Costa, con Agus y Pampín en las bandas. Por delante retrasó a Juan Hernández a la banda, colocando a Drazic por el centro y en la otra banda a Brais Méndez, siendo Pol Roige el jugador más adelantado. Borja también introdujo varios cambios en la alineación del Rápido. La grave lesión de Ruxi llevó a Andrade a la banda, mientras que por delante Caba se introdujo como medio centro ofensivo. En el centro del campo, Carlitos y Kaxe se movían con total libertad por el centro con Deivid y Diego Diez por las bandas.

Fueron movimientos tácticos para buscar alternativas dado el conocimiento que los entrenadores tienen del rival. La primera media hora de juego fue soporífera. El balón se pasaba más tiempo en el aire que sobre el césped del Pujales. Una situación provocada por un fútbol directo que a penas dejaba ocasiones de peligro. Una por cada bando y la sensación de que el encuentro se dirigía a un empate que no satisfaría a nadie.

Drazic pudo romper la igualada inicial a la media hora de juego, pero Brais intervino con acierto. Y lo que es el fútbol, en la siguiente jugada, es Carlitos el que se queda solo ante Sotres, que desvía el balón a córner. Tras el saque de esquina, Óscar Sielva remata solo de cabeza enviando el esférico al fondo de las mallas.

Un gol que sirvió como detonante para ver otro partido muy diferente. El Celta B dio un paso al frente, pero no lograba generar peligro ante una defensa bien colocada y que se anticipaba a todas las acciones. Pero tuvieron un fallo, y esa circunstancia la aprovechó Drazic para establecer la igualdad en el marcador tan solo cuatro minutos después del tanto aurinegro.

Después del buen sabor de boca que habían dejado los últimos minutos de la primera parte, se esperaba con interés la segunda, y la verdad es que no defraudó a los muchos aficionados que acudieron ayer tarde al Baltasar Pujales.

Borja Jiménez le ordenó a sus jugadores que presionaran un poco más arriba al Celta B. La intención no era otra que recuperar algún balón que permitiera organizar una contra, tal y como ocurrió en el segundo gol del Rápido de Bouzas. Los dos equipos habían abandonado el fútbol directo, con lo que el balón pasaba mucho más tiempo en el suelo, y eso lo agradecía el fútbol.

Las primeras ocasiones no tardaron en llegar. Al minuto, Diz se va con el balón y su disparo sale fuera por poco; y cinco minutos más tarde es Álex quien dispara muy ajustado, obligando a Brais a despejar el balón a córner con apuros. El partido había ganado en intensidad y en emoción, y solamente en los primeros diez minutos de juego de la segunda parte se vio mucho más fútbol que en toda la primera parte.

El Rápido de Bouzas comenzaba a encontrarse cómodo con la presión que ejercía en la salida de balón del filial. Rubén Albés no tardó en hacer el primer cambio, reforzando la línea defensiva con la entrada de Kevin. Sin embargo, la vuelta del defensa no fue la más afortunada, ya que seis minutos después de su entrada en el campo, pierde el balón ante la presión de un jugador del Rápido, quien lo mete al área para que Carlitos remate de cabeza, y cuando el balón se dirigía hacia la portería Kaxe lo empuja al fondo de las mallas. Un tanto que el delantero vasco no pudo celebrar ya que en la jugada chocó con Sotres y debió abandonar el terreno de juego lesionado.

Era el segundo cambio que Borja Jiménez tenía que hacer por lesión, ya que mediado el primer tiempo Andrade también debió ser sustituido por lesión.

El partido se rompió con el gol de Kaxe. Albés volvió a mover el banquillo para refrescar la banda con la entrada de Dennis, que podía ayudar en las tareas ofensivas. A pesar del buen trabajo defensivo que estaban realizando los jugadores del Rápido, la realidad era que los jugadores del filial llevaban mucho peligro en ataque. De hecho, Álex volvió a disponer de una nueva oportunidad al quedarse solo ante Brais, pero una vez más el guardameta aurinegro logró despejar el balón, evitando la igualada.

El partido estaba roto. El Celta B se había lanzado a por la igualada ante un Rápido que no cesaba en su presión para recuperar balones. De hecho, Deivid y Caba dispusieron de dos ocasiones, prácticamente consecutivas, en las que el balón salió muy ajustado al palo.

A medida que se acercaba el final del encuentro, el Rápido se encontraba mucho más cómodo en las labores defensivas, mientras que los jugadores del filial que quedaban sin ideas y recurrían al fútbol directo con balones al área para tratar de lograr el tanto de la igualada. Borja Jiménez reforzó el centro del campo con la entrada de Isma. Los aurinegros sabían que la victoria pasaba por frenar al filial en el centro del campo.

Un triunfo que deja un buen sabor de boca en Bouzas, pero que lleva al intranquilidad al equipo de Balaídos.