El empate del Celta ante el Espanyol dejó como detalle ilusionante la irrupción estelar de Emre Mor en los minutos finales, después de que en los dos últimos meses apenas hubiese noticias sobre el atacante turco-danés. Ayer, Unzué le concedió veinte minutos de partidos. Entró en el momento que el equipo vigués buscaba el segundo tanto que le diese la ventaja en el marcador para sumar los tres puntos ante un Espanyol ultraofensivo.

Mor reemplazó a Pione Sisto y se situó en la banda izquierda, donde se convirtió en una pesadilla para Navarro. Protagonizó la jugada que Maxi Gómez finalizó con el segundo tanto céltico, además de dar una asistencia a Lobotka para que el eslovaco se plantase solo ante Diego López, aunque al centrocampista del equipo vigués le fallaron las fuerzas en su larga carrera para encarar al guardameta lucense e intentar anotar el tanto que sentenciase el partido a favor de los locales, después de que Gerard Moreno igualase el marcador a falta de cuatro minutos para la conclusión del partido.

La aparición de Emre Mor en el partido de ayer generó un estado de pánico en un Espanyol que se sentía muy cómodo defendiendo con ocho jugadores y sin dejar espacios para los movimientos de Aspas. De ello salió muy perjudicado el Celta, que no pudo disfrutar en esta ocasión de las genialidades del delantero de Moaña.

Sin embargo, el equipo vigués sí encontró en el turco-danés una solución para destrozar el muro de contención que montó Quique Sánchez Flores en Balaídos, para encomendarse a lo que pudiesen "pescar" en solitario tanto Baptistao como Gerard Moreno para sumar algún punto en Vigo.

Seis minutos tardó Emre Mor en destrozar la banda derecha del conjunto catalán, después de haber protagonizado una veloz carrera en la que superó a unos cuantos rivales. Cuando el partido llegaba al minuto 80, el menudo extremo céltico agarró la pelota, la pegó al pie y sorteó cuanta pierda se le interpuso en su camino hacia la línea de fondo, desde donde buscó a Aspas y a Maxi para que pudiesen finalizar su gran jugada. El delantero uruguayo recibió el balón de espaldas, se revolvió a pocos metros del portero del Espanyol y fusiló a Diego López.

El Celta, tras el tanto inicial de Baptistao, había logrado voltear el marcador y en ello había tenido mucho que ver el fichaje más caro del Celta en los últimos tiempos y que sigue el proceso de adaptación al fútbol español con menos presencia en el equipo de la esperada.

Después de que Gerard Moreno igualase la contienda, Mor protagonizó otra gran acción atacante. Sirvió un buen pase a Lobotka, que enfiló a la carrera hacia la portería rival. Sin embargo, al eslovaco le fallaron la fuerzas cuando estaba a punto de complicarle la vida a Diego López. El Celta no pudo ganar, pero Emre Mor volvió a demostrar parte de su gran talento.