El Celta pega una zancada de siete leguas hacia Europa con un trascendental triunfo ante el Betis que prolonga el estado gracia del equipo vigués en un momento clave de la temporada. Los celestes desplegaron, como quería Unzué, una gran versión con y sin la pelota frente a un rival de su mismo pelaje al que superaron más claramente de lo que indica el resultado final y, amparados en la implacable contundencia de Aspas y Maxi, su mortífera pareja goleadora, saldaron cuenta pendiente con Balaídos con velocidad, inteligencia y sentido colectivo.
radoja, una vuelta después
Nemanja Radoja protagonizó la sorpresa de la alineación. El serbio, que disputó su último partido como titular precisamente frente al Betis en el Benito Villamarín en la segunda jornada de Liga, volvió al once celeste justamente una vuelta después de su última comparecencia tras superar una complicada lesión que lo ha traído varios meses de cabeza. Desde hace ya algunas jornadas Unzué le ha ido dando minutos desde el banquillo y su buena respuesta ha propiciado su regreso como acompañante de Lobotka en el eje de la línea medular en un duelo especialmente trascendente para las aspiraciones europeas del Celta. El preparador celeste utilizó a Radoja por delante de Lobotka, casi de enganche con la pareja de delanteros. El experimento no pudo salirle mejor al Celta, pues el serbio robó un balón de oro a Javi García cerca del pico del área y sirvió en bandeja a Aspas el primer gol antes de cumplirse el primer cuarto de hora de juego. El moañés apenas tuvo que levantar la ceja y acompasar la jugada antes de cruzar la pelota lejos del alcance de Adán para anotar su decimotercer gol del curso.
roncaglia se reencuentra
No fue el balcánico el único futbolista rehabilitado por Unzué en este prometedor mes de enero. El duelo ante el afilado conjunto de Quique Setién fue la confirmación del resurgimiento de Facundo Roncaglia, otro de los protagonistas de la gran campaña firmada el pasado curso con Berizzo al que las lesiones condenaron al ostracismo durante la primera vuelta. El veloz central argentino sumó su cuarta titularidad consecutiva, por tercera vez junto a Sergi, con sus mejores prestaciones hasta la fecha, apagando fuegos con diligencia, seguridad y eficacia. En un alarde de confianza desconocido hasta la fecha esta temporada, Roncaglia no dudó en sumarse con peligro al ataque.
presión alta y robo
La consigna servía para los dos equipos, cortados por un mismo patrón. Fue sin embargo el Celta el que mejor supo interpretarla. Con menos llegadas a las áreas de las que cabía esperar, los de Unzué gobernaron con bastante seguridad el partido achicando el espacio al Betis en su propio campo con sentido colectivo y movimientos bien coordinados para robar el balón. Los de Setién tuvieron más la pelota, generaron ocasionalmente peligró explotando la velocidad de Barragán por el costado derecho, pero ninguno de sus centros encontró rematador. Al margen del gol, las ocasiones celestes fueron también contadas en el primer tiempo, pero la sensación de peligro fue considerablemente mayor.
Le ayudó al grupo de Unzué un inteligente dominio de la pausa, bien para retrasar la pelota antes de iniciar el contragolpe con una rápida transición vertical, bien para jugar desde atrás con criterio, sin exponer el balón más de los necesario.
directo a la yugular
La agresividad del Celta subió de intensidad tras el intervalo. Los de Unzué elevaron la marcha del juego y se lanzaron directamente a la yugular del Betis, que se vio completamente desbordado por el aluvión de juego celeste y sobrevivió a duras penas gracias al acierto de Adán, de largo el mejor de los verdiblancos. El madrileño hurtó en dos ocasiones el gol a Maxi con buenas intervenciones, una de ellas prácticamente a bocajarro, pero no pudo evitar que el charrúa, que sigue estado de gracia, estableciese el segundo tanto celeste remachando de cabeza sobre la raya de gol un gran centro de Jonny desde la izquierda.
setién mueve el banco
Con el 2-0, Setién movió el banco en busca de una reacción -entraron Boudebouz y Rubén Castro por Javi García y Tello- y el Betis encontró un filón en un mal despegue de Rubén Blanco, que el canario, todo un especialista en aguar la fiesta al Celta, recogió con la defensa en precario para servir a Sergio León, que marcó a puerta vacía. Unzué replicó supliendo a Sisto, de nuevo desdibujado anoche, por Brais para fortalecer el control sobre la pelota.
aspas sentencia
Seguramente no le hacía falta porque en cuanto el Betis se estiró en busca del empate, el Celta lo noqueó con una contra de manual, perfecta en velocidad y ejecución, culminada por Aspas. El Betis, con todo, pudo aún maquillar el resultado en los minutos finales gracias a un penalti de Roncaglia (su único borrón de la noche) a Joaquín transformado por Guardado. Demasiado premio para tan escaso fútbol.
