Se espera que el Comité de Competición ni siquiera se pronuncie esta tarde sobre la petición de LaLiga de abrir una investigación sobre los supuestos insultos racistas que el delantero del Celta Iago Aspas dedicó a Jefferson Lerma, centrocampista del Levante, durante el partido que ambos equipos disputaron el domingo 14 enero en el estadio Ciutat de Valencia. No se han encontrado pruebas. El céltico considera "zanjado" el asunto y reitera que está tranquilo tras lo sucedido, a pesar de reconocer que pudo dañar su imagen en un primer momento.

"El club hizo un comunicado en su momento. Es un tema zanjado. Le han dado las vueltas que le han tenido que dar. Salió que no había nada, que como dije yo: lo que se dice en el campo se queda en el campo; y no hay que darle más vueltas", comentó ayer Iago Aspas desde A Madroa.

Aspas asegura que nadie le ha pedido que tenga que declarar por lo sucedido con Lerma. "Si quieren investigar, que investiguen. Ya lo habrán investigado durante esta semana; pero, como dije: es un asunto zanjado. Ya han pasado ocho días, no ha salido nada más y estoy muy tranquilo, como estuve en su momento", recordó el delantero del Celta, a quien no le encontraron ninguna imagen de televisión que probase la denuncia de Lerma. Sí recogieron las cámaras el momento en el que Aspas llama "muerto de hambre" al colombiano, con el que mantuvo un enfrentamiento dialéctico tras recibir una falta.

"El tiempo todo lo cura", señaló Aspas sobre el supuesto deterioro que pudo sufrir su imagen al saltar la polémica con Lerma. "Igual en el momento pudo afectar a mi imagen. Yo estoy tranquilo. Si me cogiera con veinte años, cuando era una persona más caliente... Pero, bueno, pelo ya me queda poco", dijo antes de dar por cerrada su polémica con Lerma.