El Celta se calza las botas de siete leguas para superar este tramo central del campeonato. La racha de los celestes lejos de Balaídos se prolongó esta tarde en Anoeta con una remontada ante la Real Sociedad. El conjunto que dirige Juan Carlos Unzué se repuso al tanto inicial de Willian José y supo jugar con la necesidad de los guipuzcoanos para terminar llevándose los tres puntos.

Fue un duelo entre dos adversarios que entienden el fútbol de manera ofensiva. La Real, que tuvo más el balón, dominó los inicios de cada tiempo. Los locales empezaron golpeando gracias a la conexión entre Xabi Prieto y Willian José. El delantero brasileño cabeceó en el segundo palo un centro que voló por encima de la cabeza de los centrales celestes a los nueve minutos. Al Celta le costaba jugar, pero encontró la manera de acercarse a la portería de Rulli gracias a que Mateu Lahoz señaló una mano de Juanmi dentro del área. Aspas, que había fallado su último penalti ante el Real Madrid, esta vez no perdonó desde los once metros.

Sin tiempo para digerir el empate Lobotka agarró a Canales en el área contrario. Otro penalti claro. Pero Willian José le pegó al balón con tanto ímpetu que reventó su lanzamiento contra el larguero. El partido estaba loco y parecía que esta situación no incomodaba a ninguno de los dos equipos. El Celta estuvo a punto de irse con ventaja al descanso en una triple ocasión en la que Rulli le ganó en un mano a mano a Sisto y después Wass y Maxi estrellaron los rechaces contra los defensores de la Real.

En la segunda mitad el equipo de Eusebio Sacristán saltó al campo con las ideas más claras. Los guipuzcoanos encerraron al Celta en su propio campo. La profundidad de los laterales Odriozola y Kévin Rodrigues obligó a Sisto y a Wass a jugar muy atrás, lo que dificultó la salida celeste. Pero tanta posesión no se tradujo en peligro. El Celta, solidario en las ayudas, soportó el empuje 'txuri urdin' y jugó con su ansiedad.

Poco a poco el Celta fue alejando el balón de su área y antes de que la Real se diese cuenta ya le había dado el zarpazo definitivo. Un saque de esquina de Wass encontró la cabeza de Maxi en el primer palo. El ariete uruguayo dibujó un remate perfecto que se coló por el palo corto de la portería local.

A partir de ahí a la Real le entraron las prisas. Unzué, que ya había dado entrada a Radoja por Jozabed, metió también a Brais Méndez y a Cabral para fortificar al equipo. Aunque el equipo de Eusebio estuvo a punto de igualar en un remate de Januzaj que se marchó alto, los celestes supieron dormir el partido y proteger el marcador. Con este triunfo los celestes dan un salto enorme en la tabla, se colocan séptimos por detrás del Sevilla y se meten de lleno en la pelea por Europa. La próxima jornada tocará recibir al Betis.