El Celta trabaja en la cesión de Lucas Boyé, pero la negociación con el Torino está pendiente del precio que cierren con el conjunto italiano por el traspaso del joven atacante argentino a la conclusión de su préstamo. El club turinés está dispuesto a ceder ya al futbolista que a finales de febrero cumplirá los 22 años de edad, pero no se ha definido todavía sobre la cuantía económica de una hipotética venta. Tras fracasar el intento por incorporar al Tucu Correa, del Sevilla, la dirección deportiva céltica se centra en arrancar unas buenas condiciones económicas al conjunto turinés para traerse a Boyé hasta junio y plantearse su compra una vez concluida la temporada. Con esta pieza, la plantilla de Unzué quedaría prácticamente cerrada en esta ventana de invierno, solo pendiente de alguna sorpresa de última hora.

Boyé ha tenido ocasión de recabar información sobre el club vigués y sobre la ciudad, pues en la última temporada y media ha compartido vestuario con el vigués Iago Falque. La decisión del futbolista de buscar en el Celta los minutos de juego que no tiene en Turín parece clara, pero el cierre de la cesión depende de las negociaciones entre ambos clubes. El Torino está dispuesto a firmar el préstamo, pero antes ha de cerrar la opción del traspaso que le requieren desde Vigo. El jugador le ha comunicado al Torino su deseo de salir cedido al Celta.

Las únicas cesiones de jugadores que se aceptan ahora mismo desde Plaza de España para el primer equipo han de ir acompañadas, sin excepción, de una buena opción de compra para ejercer al concluir la temporada.

A Lucas Boyé lo fichó el Torino en 2016. El atacante no ha terminado de explotar en la Liga italiana y en verano ya se comentó que el Zenit ruso ofrecía 9 millones de euros por su traspaso. Sufrió problemas físicos el argentino al comienzo de temporada y después solamente ha podido participar a cuentagotas, con apenas 134 minutos de juego repartidos en 10 partidos de la Serie A.

El Celta ha tomado la delantera para incorporar a Boyé sobre candidatos como el Hellas Verona y el Benevento. La llegada de Walter Mazzarri al banquillo del Torino, en sustitución de Mihajlovic, no parece que modificará el irrelevante papel del argentino en la plantilla granata. El equipo turinés le ganó la batalla al Roma por la adquisición de uno de los muchos jóvenes con talentos que surgen del fútbol argentino. A los cinco años comenzó la práctica del fútbol en un club de la localidad de San Gregorio, en la provincia de Santa Fe. Tras pasar por las categorías inferiores de Newell's Old Boys, Boyé recaló en el poderoso River Plate a la edad de 14 años. Debutó con el primer equipo en un partido amistoso contra San Lorenzo el 29 de enero de 2014. Meses más tarde, debutaría en la máxima categoría del fútbol argentino, donde el interior zurdo se estrenó como goleador precisamente en un duelo contra San Lorenzo.

Se marchó cedido a Newell´s Old Boys, donde llamó la atención de varios equipos italianos. La Roma fue la primera en alcanzar un principio de acuerdo con el jugador, pero el Torino se adelantó en presentarle un contrato que le llevó a Italia en el verano de 2016.

Con Mihajlovic en el banquillo granata, Boyé tuvo mucha presencia en su primera temporada en la Seria A. Disputó un total de 30 partidos de Liga, acumulando en ellos 1.444 minutos de juego. Además, tuvo tres apariciones en la Copa, sumando 163 minutos. Tres goles y dos asistencias logró el joven argentino, admirador de Lionel Messi.

Su incorporación al Celta depende de la voluntad del Torino por establecer un precio de traspaso acorde a las previsiones del conjunto vigués. Si la opción de compra rondase los diez millones de euros, posiblemente se acelerarían las gestiones para cerrar la cesión de Lucas Boyé.

En ese caso, el Celta pondría en marcha la cesión de Hjulsager, con lo que Juan Carlos Unzué seguiría contando con una plantilla de veintiún futbolistas, el mismo número con el que comenzó la temporada, pero ahora a falta de diecinueve partidos para el cierre del curso.