El Celta B regaló un empate en Pasarón en un encuentro en el que golpeó primero y supo mantener la ventaja hasta la recta final del choque. Los vigueses gozaron de más y mejores ocasiones ante el nuevo Pontevedra de Luismi y, por ende, estuvo más cerca del triunfo.

El equipo lerezano ofreció una versión de sí mismo muy diferente a la que cerró el año 2017. Tuvo sus puntos buenos y sus puntos más negativos. Porque el equipo de Pasarón careció durante la primera parte de colmillo fruto de un fútbol demasiado horizontal, pero esa tranquilidad le permitió no irse nunca del partido y encontrar tras el descanso el ritmo necesario para apretar al Celta B, empatar el choque e incluso estar cerca de ganarlo.

Salió Luismi con un once revolucionario. Hombres importantes con Luisito como Añón, Álex González o Etxaniz se quedaban en el banquillo como posibles revulsivos para la segunda parte. Al ruedo saltaban Carlos Ramos, Adrián Mouriño, Jorge Hernández o Berrocal, además de un Adrián León que volvía al centro del campo. La idea, ya anunciada durante la semana, era clara: vencer a través de tener el balón.

El césped de Pasarón volvía a sentir extrañado el tacto del balón, mientras los espectadores ya no tenían que mirar para el aire buscando el esférico volador hacia la cabeza de los puntas. El Pontevedra salía con un circuito de pases que empezó a ser muestra del trabajo de estos 10 días de entrenamiento con Luismi Areda. Los locales no se escondían, querían la pelota y Carlos Ramos dirigía buscando a Mouriño y a Jorge Hernández. Pero en tres cuartos se le acababan las ideas al equipo, carente de colmillo en el área e incapaz de generar posibilidades de gol.

Mientras, el Celta B no rizaba tanto el rizo. Apretaba al Pontevedra cuando trataba de iniciar el juego o bien replegaba para robar y contragolpear. Con el esférico en su poder, no se empachaba de balón y apostaba por un fútbol más vertical aprovechando la velocidad y movilidad de sus dos últimas líneas.

Así, tras un aviso de Juan Hernández en un córner, llegó la primera clara para el Celta B. León perdió el balón en la frontal intentando girar para sacar el esférico y Drazic se plantó solo ante Edu pero fue inocente y mandó el chut a sus manos. No lo estuvo tanto el serbio unos minutos después, cuando encaró a Juan en ventaja y centró raso al corazón del área para que Hernández, que le ganó la partida a los defensas, rematase a gol.

Más para el Celta

El Pontevedra estaba cambiado, pero el guion del partido volvía a ser similar al de otros encuentros. Sin embargo, en esta ocasión, los granates no se vinieron abajo. El equipo no entró en estado de ansiedad, siguió llevando a cabo su plan y trató de llegar por medio de la posesión. Pero quien siguió llegando fue el Celta B. Drazic, en una contra, y Eckert, solo ante Edu tras un gran pase del serbio, desaprovecharon la oportunidad de sentenciar antes del intermedio.

El 0-1 al descanso era la mejor noticia para los locales, que tenían la pelota pero no el dominio. Pero todo cambió tras el descanso. El paso por vestuarios hizo que el equipo recordase su faceta más agresiva y vertical. El Pontevedra empezó a presionar mejor y unió velocidad y profundidad a su fútbol.

Jorge Hernández y Mouriño comenzaron a aparecer entre líneas. Y una gran triangulación por la izquierda acabó con un remate alto del porriñés tras centro del zamorano.

El Celta B estaba más atrás, pero cuando sorteaba la presión granate, era peligro de gol. Juan Hernández chutó fuera tras un pase atrás desde línea de fondo. Y a partir de entonces, los vigueses se dedicaron a bombardear a Edu desde la frontal. El meta intervino con acierto tres veces y a la cuarta, ya con 1-1, se alió con el larguero.

Mientras, el Pontevedra había acumulado oportunidades a base de centro-remate con Añón de ejecutor y de centrador. Hasta que a falta de menos de 10 minutos, Jimmy centró desde la izquierda, González peinó y Jorge Hernández apareció en el área pequeña para no perdonar el empate.

Entonces el Pontevedra creyó en la remontada y esta estuvo a punto de llegar en un chutazo de Álex González que se fue al poste. El Celta B entró al juego y también salió, pero no encontró puntería y el choque acabó en una igualada que sirve a los locales para poner la primera piedra que permita escalar posiciones en la clasificación y acabar con los agobios.