Riazor albergará este sábado el primer clásico gallego del curso que, como casi siempre, se presenta sin favorito claro. A tres jornadas del ecuador del campeonato, tanto el Celta de Juan Carlos Unzué como el nuevo Deportivo de Cristóbal Parralo afrontan el choque en un momento de necesidad, lejos de las expectativas deportivas que ambos se habían marcado a comienzo de temporada. La trayectoria de los dos equipos ha estado marcada por la irregularidad y los resultados no justifican, de momento, la elevada inversión económica que ambos han realizado en fichajes. Y, en esta ocasión, el resultado del choque marcará tendencia.

Deportivo - Celta: la necesidad obliga

Los celestes marchan duodécimos en la Liga, a 6 puntos de la zona europea, su objetivo declarado, con 3 de ventaja sobre los blanquiazules, que se afanan en poner tierra de por medio con la zona de descenso, que marca el Alavés, a una sola victoria de los herculinos.

Necesidad obliga, pero no solo por los puntos en juego, sino por el inmenso valor emocional del partido y su importancia en la trayectoria futura de los dos equipos, que buscan una inyección de moral que los reactive en la competición. Pero ambos saben también que la derrota los dejará tocados.

Tras perder el domingo frente al Villarreal, Unzué fue claro al respecto. El técnico céltico aseguró que "O Noso Derbi" era el mejor encuentro posible para reactivar a su equipo. En este tipo de encuentros la motivación viene de serie y el preparador celeste confía en despedir el año con un triunfo que despeje dudas antes de hacer frente al Madrid, el Barcelona (en la Copa) y al Levante en las dos primeras semanas de enero.

Parralo ve también en el duelo del Celta una oportunidad para crecer tras obtener un tercio de los puntos en juego (7 de 21 posibles) tras relevar hace dos meses a Pepe Mel al frente del banquillo blanquiazul. Dar caza en la tabla al Celta supone un punto de inflexión.

Deportivo - Celta: el factor cancha

Ambos técnicos señalaron el factor campo como uno los principales elementos que puede desequilibrar la balanza de un partido que se presume muy igualado. Unzué y Parralo convinieron en este sentido que el Deportivo es ligeramente favorito por jugar como local. En efecto, Riazor ha sido tradicionalmente un estadio muy complicado para el Celta, pero esta tendencia negativa se ha roto en los últimos años. Cuatro de las seis últimas visitas al coliseo herculino han caído del lado celeste

Al preparador blanquiazul tampoco le ha ido demasiado bien en casa, donde ha disputado tres partidos y presenta un discreto balance de 4 puntos de 9 posibles.

Deportivo - Celta: la batalla del gol

Los partidos de máxima rivalidad suelen decidirse por pequeños detalles, a menudo ejecutados por los futbolistas capaces de marcar la diferencia. Más de una vez en el pasado reciente el derbi gallego se ha decidido a golpe de talento, siempre con duelos espectaculares: Bebeto-Gudelj; Mostovoi-Djalminha; Mauro-Mazinho; Naybet-Djorovic; Gustavo López-Fran y tantos otros. El gran duelo del derbi del presente tiene como protagonistas a dos delanteros gallegos: el moañés Iago Aspas y el coruñés Lucas Pérez.

Ambos lideran el gol en sus respectivos equipos y han resultado decisivos en los últimos derbis disputados en Primera División. Aspas llega esta vez en mejor forma. El punta celeste es el máximo goleador nacional de la Liga, con nueve tantos, y dobla los números ofensivos de su rival, que suma cuatro y una asistencia menos que el moañés. El delantero del Celta llega además en estado de gracia y con la tranquilidad de haber saldado una vieja cuenta con el gran enemigo, al que destrozó el pasado curso tanto en Riazor como en Balaídos. Lucas, mientras, fue el gran responsable de la derrota sufrida por los celestes hace dos temporadas en el coliseo herculino.

Deportivo - Celta: la temperatura emocional

En un choque de máxima rivalidad es fundamental controlar la temperatura emocional. La pasión es un arma de doble filo que puede resultar letal. En el derbi debe imperar la sangre fía y la nutrida presencia de canteranos en las filas célticas puede ser un problema, si las emociones se desatan sin control. La determinación de ganar el partido debe dosificarse con cuidado e inteligencia.