El enfado en el celtismo por la actuación de José Luis Munuera Montero en Valencia ha ido creciendo a medida que se reproducían imágenes de otros partidos con el árbitro de Jaén. No ha habido buena sintonía entre el club vigués y el colegiado andaluz desde que ambos se cruzaron por primera vez en la máxima categoría. De los seis partidos en los que han coincidido, en cuatro se produjeron jugadas en las que el conjunto celeste se sintió perjudicado, hasta el punto de que el club emitió un comunicado oficial de protesta. Tras lo sucedido en Mestalla, la entidad que preside Carlos Mouriño pretende que el jienense deje de arbitrar al Celta "durante un tiempo". Así se lo trasladará a Victoriano Sánchez Arminio, presidente del Comité Técnico de Árbitros de la Real Federación Española de Fútbol, según desvelaron ayer fuentes del club gallego.

Tras el partido de Mestalla, dos de los capitanes del Celta, Hugo Mallo y Iago Aspas, fueron más lejos en sus pretensiones que el club y solicitaron públicamente que Munuera Montero no les arbitrase más.

La directiva de Mouriño cree que la situación requiere la intervención de los responsables del arbitraje para evitar que las partes en conflicto coincidan nuevamente en un plazo breve de tiempo.

En cierta medida, así ocurrió la temporada pasada. Munuera tardó diecinueve jornadas en reencontrarse con el conjunto vigués por su polémica actuación en Ipurúa. Además de dejar de señalar como penalti una acción del portero eibarrés sobre Bongonda, expulsó a Sergio Álvarez por patear una nevera que había al lado del banquillo. En el acta de ese encuentro, el andaluz reflejó que Mallo le había llamado "sinvergüenza", insulto que el jugador negó, aparte de considerar falso que había intentado pedir disculpas al colegiado, como éste escribió. Ante estos hechos, el club emitió un comunicado desmintiendo al colegiado. Sin embargo, el lateral del Celta fue sancionado con cuatro partidos. El equipo vigués consiguió no cruzarse durante cinco meses con Munuera.

Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, el colegiado de 34 años realizó también el curso de director deportivo de la Federación Nacional de Fútbol. Su estreno en Primera División se produjo precisamente ante el Celta. Fue ante el Leganés, en Balaídos, en el partido que abría la temporada pasada. En ese encuentro, se le recriminó que señalase un fuera de juego inexistente de Aspas que privó al moañés de adelantar en el marcador a su equipo, que acabó perdiendo por la mínima ante el recién ascendido.

Tras el polémico Eibar-Celta, Munuera se pasó toda una vuelta de campeonato sin volver a arbitrar al conjunto celeste. Repitió, precisamente, en la visita de los eibarreses a Vigo. En la penúltima jornada de Liga, el jienense fue designado para dirigir el Alavés-Celta, sin incidencias destacables.

En este curso, Munuera Montero arbitró por primera vez a los celestes en la novena jornada. El Atlético de Madrid se llevó el triunfo por un gol de Gameiro. El Celta, sin embargo, reclamó un penalti en el área del equipo rojiblanco por una mano de Gabi.

Las protestas en ese partido no pasaron de ahí. Parecía que la mala relación con el colegiado de Jaén había quedado en el olvido. Sin embargo, su actuación en Mestalla ha vuelto a reproducir una polémica que el celtismo incluso ilustra con un balance muy negativo de resultados de su equipo cuando por medio está Munuera Montero. El Celta ha perdido los seis partidos con ese colegiado, que con sus decisiones tuvo mucho que ver en el resultado final de cuatro. Así ocurrió el sábado en Mestalla, donde dejó de sancionar hasta tres posibles penaltis en el área del Valencia, al que le concedió uno muy dudoso. Por ello, el Celta solicitará a los dirigentes arbitrales que José Luis Munuera Montero se aleje "durante un tiempo" del equipo vigués.