El recuento de las ocasiones, que incluye un gol legal anulado, sostiene la superioridad del Barcelona. Pero el mérito céltico redujo la diferencia astronómica en presupuesto y calidad a un margen ya vulnerable a la efectividad del día. El Celta mostró diferentes versiones a lo largo del partido. Compitió por el balón y masticó las jugadas en el inicio y final del primer tiempo, apretó líneas y dientes cuando el Barcelona le obligó y también supo estirarse a la contra en la reanudación. Fue en cada momento lo mejor que el partido o el rival le permitían, valiente o comedido, proactivo o reactivo, bohemio y calculador; un solo actor representando diversos papeles, como en aquellas películas de Peter Sellers. Así los celestes sobrevivieron a un Messi hiperactivo. Su premio es un punto siempre valioso y una dosis de confianza ante el complicado calendario que se avecina.

aspas, el anarquista

Unzué ha encontrado el dibujo que posibilita activar a Iago Aspas sin renunciar a Maxi. El Celta defiende en 4-4-2 y ya que la presión avanzada ha ganado en precisión, Aspas inicia más acciones ofensivas desde posiciones centrales. En ataques posicionales elaborados, Iago ocupa la banda, pero como posición de partida. Unzué le ha soltado las riendas. A diferencia de Berizzo, cuyo libreto incluye una mayor autonomía individual, el navarro ha tenido que encajar a Iago como elemento entrópico en una estructura colectiva que su filosofía le invita a calibrar al detalle. La flexibilidad que ha mostrado con Aspas, antes que cuestionar su estilo, refuerza su calidad como técnico. A veces el mejor alegato es llevarse la contraria a uno mismo.

presión en fases

Este Celta ofrece síntomas de crecimiento. Ayer mostró un dispositivo defensivo dúctil, con varias fases en la presión: alta en los saques de puerta de Ter Stegen y coordinada en el repliegue hasta cerrar los espacios en el último tercio de cancha. Y con matices como la posición de Pione Sisto, casi quinto defensa en la marca sobre Sergi Roberto, enviando a Mallo o Roncaglia a tapar ese centro que el Barça siempre explora en corto como vía de penetración. Al danés le tocó cubrir cien metros de parcela. Un sacrificio que limitó su brillo ofensivo y provocó deslices lógicos como cuando rompe el fuera de juego en el 2-1. Pero ayudó a dotar de consistencia al equipo.

ese otro fútbol

Se agradece más la voluntad combinativa, la impertinencia del planteamiento, el orgullo en la reacción... Pero el empate también obedece a ese fútbol de alcantarilla que el Celta tan mal ha manejado en épocas modernas de su historia. El Barcelona no pudo lanzarse a una acometida desaforada en los últimos minutos. Los célticos buscaron la esquina, entretuvieron el cronómetro y recurrieron a las faltas tácticas, con Denis Suárez como príncipal víctima. No les pudo la ansiedad ni la codicia de querer conservar un empate en el Camp Nou. Esa valentía cerebral les permitió incluso rondar una victoria que la mano milagrosa de Ter Stegen evitó.

gestión de vestuario

Segunda suplencia consecutiva en Liga del Tucu Hernández. Unzué maneja más información. Él sabrá de planteamientos y estados de forma. Se antoja que es también cuestión de química entre entrenador y jugador. El Tucu había realizado hasta el momento una buena temporada. Extensión en la cancha del anterior entrenador, no parece sentirse tan cómodo con el actual. Y el técnico está tanteando alternativas como la de Jozabed que parecen gustarle más. A Unzué le espera mucho trabajo en la gestión del grupo. El crecimiento de Lobotka, Maxi o Brais Méndez, a la vez que retrata el buen trabajo del entrenador e incluso su voluntad de comportarse con justicia, enreda la asentada jerarquía que había heredado de la anterior etapa. Radoja, Guidetti y el propio Tucu son hombres de peso. Con Emre puede existir la impaciencia de su coste. De Unzué se conoce su pericia táctica. Era el cerebro a la sombra de Luis Enrique. Debe probar que también sabe manejar los egos sin el carisma de su antiguo jefe.

el mensaje de brais

Sobre la cantera existen diversos planteamientos, más atrevidos o conservadores. En el Celta actual se mezclan ambos. Unzué prefiere recolocar piezas que tapar la baja de Jonny con un lateral del filial. Pero también incluye a Brais Méndez en el once inicial teniendo a su disposición a Radoja y el Tucu. El camino hacia el primer equipo no está tan despejado como en Segunda División. En la estructura de las categorías inferiores, ese empeño por pelear el ascenso a Segunda sigue manteniendo al Celta B más como zanja que como trampolín. Pero Unzué se muestra dispuesto a escuchar al jugador que le grite sus exigencias. Ese es el mensaje que Brais le envía a sus compañeros de generación y los que están por venir.

el jefe

Si Iago es el talento, Hugo Mallo es el carácter de este Celta moderno. Cuesta distinguir a aquel chiquillo desnortado de Riazor en este capitán de empaque, inabordable, autoritario. Un veterano de 26 años.