La inminente venta de Maxi Gómez a un equipo chino por una cantidad que rondará los 20 millones de euros lleva camino de convertirse en uno de los grandes negocios de la historia del club vigués. Si el traspaso del punta uruguayo se concreta en las próximas semanas, como parecen indicar todos los indicios, el beneficio para las arcas celestes superará seguramente al obtenido hace año y medio por la venta de Nolito al Manchester City. Será un operación récord, insólita para el Celta en el mercado de invierno que llama poderosamente la atención por la extraordinaria revalorización que ha experimentado la cotización del punta uruguayo en cuestión de pocos meses.

Pese a haber firmado dos excelentes con Sporting Club Defensor, un modesto equipo uruguayo, y ser nombrado mejor futbolista del Torneo de Clausura 2016, el artillero celeste era prácticamente un desconocido en el fútbol internacional hasta que el echó el ojo el director deportivo del Celta, Felipe Miñambres.

El delantero uruguayo fue el primero de los fichajes formalizados por el equipo vigués el pasado verano. Fue un fichaje de club, que se concretó sin el visto bueno de Eduardo Berizzo y antes de iniciarse las fallidas negociaciones para renovar al técnico argentino.

El Celta adquirió el 80 por ciento de los derechos de Maxi -el Defensor conserva un 20 por ciento- por unos 4 millones de euros, una cifra apreciable para el volumen de gasto en que tradicionalmente se movía el club vigués, que adquirió al artillero, de 21 años, como apuesta de futuro, pensando en un rendimiento a medio y largo plazo.

John Guidetti era, de hecho, la opción de Juan Carlos Unzué para iniciar la Liga, pero la lesión del sueco a siete días de iniciarse el torno concedió a Maxi una inesperada oportunidad que el uruguayo cazó al vuelo.

Pero incluso antes de adquirir protagonismo en el equipo, el Celta rechazó una oferta de 7 millones de un equipo de la Premier League por Maxi. El uruguayo respondió a la confianza de club estrenándose con un doblete ante la Real Sociedad y firmó una racha de seis goles en siete partidos que han disparado su cotización internacional hasta quintuplicar el precio pagado por el Celta hace cuatro meses.