El derbi vigués entre Celta B y Coruxo se saldó con un empate que permite a ambos conjuntos frenar su mala racha de resultados en los últimos encuentros aunque por sensaciones y necesidad en la tabla clasificatoria el punto deja más contentos a los visitantes que a los locales. Pese a la ausencia de goles, los espectadores que se acercaron a ver en directo el derbi vigués pudieron disfrutar de un buen partido, con ritmo, intensidad y llegadas a ambas áreas. Solo las grandes intervenciones de Jero en la primera mitad y de Alberto en la segunda evitaron que el marcador se moviese y el choque finalizase con el 0-0 inicial. Pero con casi total probabilidad, el equipo de Rafa Sáez fue el que presentó una propuesta más atractiva y atrevida de todos los rivales que hasta el momento han visitado el feudo del filial céltico.

El primer cuarto de hora fue de claro dominio visitante, controlando la posesión del balón y apretando mucho y muy arriba la salida de los pupilos de Rubén Albés. Pese a ello, el Celta B no tardó mucho en exhibir uno de sus principales argumentos ofensivos esta campaña, la velocidad. Dani Molina encontró a los siete minutos de encuentro el espacio para habilitar la carrera de Juan Hernández para que este finalizase la acción con un tiro excesivamente cruzado.

La respuesta del Coruxo fue contundente y no se convirtió en el 0-1 por una excelente e increíble intervención de Jero, plena de reflejos. De todas formas, los jugadores de Rafa Sáez seguían estando más cómodos sobre el campo que los de Rubén Albés. Hasta que una polémica acción superado el cuarto de hora pareció despertar al Celta B. Alberto recogió un balón suelto, impulsado por uno de sus defensas, tras una serie de rechaces cuando ante la sorpresa de casi todos el colegiado del encuentro decidió señalar cesión y conceder una peligrosísima falta indirecta casi al borde del área pequeña a favor del filial céltico. Todo parecía preparado para que Brais Méndez fusilase la portería del Coruxo pero los locales optaron por intentar sorprender con otra jugada que no fraguó, aunque la pelota acabó en los pies de Rai en la frontal y su disparo en el fondo de la portería de Alberto. Sin embargo, el gol no subió al marcador al decretar el árbitro fuera de juego.

Pese a todo, la polémica acción había cambiado el decorado del partido. Ahora el Celta B le discutía ya plenamente la posesión y la iniciativa al Coruxo. Además, Juan Hernández volvía a encontrar espacio a la espalda de la defensa para mostrar su rapidez y adelantarse a la salida del meta visitante en un buen balón profundo. Pero, tras haber regateado a Alberto, su remate fue interceptado por un salvador Adrián Pazó cuando llevaba rumbo de convertirse en el 1-0.

Y de lo que pudo haber sido el primer gol local se pasó casi de inmediato a lo que bien podría haber supuesto el primer tanto del Coruxo. Lo evitó de nuevo Jero,.

El primer acercamiento peligroso de la segunda mitad fue para el conjunto de Rafa Sáez al poco de decretar el árbitro la reanudación del choque. Sin embargo, Mateo, un constante quebradero de cabeza cada vez que recibía la pelota para la defensa local, estrelló contra la barrera un lanzamiento de falta desde una muy buena posición.

Pero el Coruxo ya no apretaba tan arriba ni tan intenso y, poco a poco, el Celta B inclinaba el campo hacia la portería de Alberto y obligaba a su rival a pensar más en defender que en atacar.

Más acertado estuvo el delantero local al cuarto de hora de la segunda mitad para, con un gran control, deshacerse de Mario y sacar luego un disparo cruzado que Alberto, con una gran intervención, desvió a saque de esquina.

Seis minutos más tarde fue Kevin el que se pasó de fuerza en un centro desde banda derecha tras una gran acción combinativa de los locales. Agus solo pudo llegar a rozar un envío que, pese a todo, acabó en córner. El saque de esquina acabó en los pies de Pampín en la frontal, quien se sacó de la manga un potente remate con pierna derecha. Pero Alberto, a pesar de estar muy tapado por varios rivales y compañeros, consiguió responder y despejar un balón que Alende recogió y envió al fondo de la red, aunque la acción estaba ya invalidada por fuera de juego.

El doble susto, sin embargo, pareció sentarle bien a un Coruxo que mejoró sensiblemente a partir de ese instante y en las dos acciones posteriores pudo inclinar el partido a su favor.

Tardó casi diez minutos el Celta B en recuperarse y volver a hacerse con el control del partido. Rubén Albés había optado ya por mover su primera pieza y dar entrada en el campo a Pastrana por Agus Medina y Rafa Sáez hacía lo propio sacando del campo a un Mateo totalmente agotado para reforzar su medular con Borja Yebra.

Y fue precisamente el recién salido Pastrana el que asustó a los numerosos seguidores del Coruxo al recoger un medido centro desde la derecha de Dejan Drazic. Pero su remate cruzado se estrelló en la base del palo. El mismo alivio que experimentaron poco después cuando Brais lanzó demasiado alta una falta en una posición casi inmejorable en la frontal del área rival.

También pudieron respirar los seguidores vigueses cuando se cumplía ya casi el tiempo reglamentario en otra buena intervención de Jero. Fue la última oportunidad clara de mover un marcador que no sufrió variaciones a pesar de las muchas ocasiones que hubo a lo largo del partido para ello.