El paréntesis en LaLiga deja tiempo suficiente al Celta para saborear su triunfo ante el Athletic Club y para analizar un calendario que en las próximas semanas le emparejará con rivales de gran potencial (Sevilla, Barcelona, Valencia, Villarreal).

A pesar de las exigencias de la competición, los célticos se han marcado como primer objetivo el de conseguir por primera vez esta temporada encadenar dos victorias consecutivas, algo que no han sido capaces de lograr desde la vigésimo novena jornada de la pasada temporada. Después de ganar al equipo bilbaíno (3-1), a los celestes se les presenta una nueva oportunidad -la cuarta en este curso- para encadenar dos triunfos, lo que impulsaría el equipo.

Apuntaba el miércoles Andreu Fontás que la vía para remontar en la clasificación pasa por encadenar más de dos triunfos seguidos. El zaguero catalán hacía referencia a una secuencia de "tres, cuatro o cinco" resultados favorables seguidos. Excesivo optimismo quizás para un equipo que desde que retornó a la máxima categoría, en el verano de 2012, solo ha sido capaz de protagonizar una racha de cuatro victorias y otra de tres.

El último póquer de victorias encadenadas del Celta se registró en la temporada 2013-14, con el equipo de dirigía Luis Enrique Martínez y que contaba con Unzué como segundo entrenador. Esa racha de cuatro victorias seguidas supuso para los célticos dar un buen salto en la tabla clasificatoria: pasó de la duodécima plaza a la novena, en la que finalizó LaLiga. Inició su periplo triunfal en Almería (2-4), en la jornada 34ª; continuó con el Valladolid (4-1), Osasuna (0-2) y Real Madrid (2-0). No pudo cerrar el curso con otra victoria al caer en Valencia (2-1). En Mestalla fue la despedida del asturiano y su equipo técnico, que se marcharon a dirigir al Barcelona.

Su sustituto en Balaídos, Eduardo Berizzo, tuvo que esperar hasta la tercera temporada para encadenar tres triunfos en LaLiga. Ocurrió en el arranque del curso pasado, entre la quinta y la séptima jornada y con el Sporting de Gijón (2-1), el Espanyol (0-2) y el Barcelona (4-3) como víctimas de un Celta al que le pasó factura en el campeonato regular el gran esfuerzo que realizó en la Copa y en la Liga Europa. De hecho, después de sumar los tres puntos ante los azulgrana, los de Berizzo solo consiguieron encadenar dos triunfos en un par de ocasiones: ante Málaga (3-1) y Alavés (1-0) y frente a Deportivo (0-1) y Las Palmas (3-1). Desde la jornada vigésimo novena, los célticos han sido incapaces de encadenar dos victorias. En el anterior curso, el Barcelona ganó siete partidos seguidos. No obstante, la mayor de estas rachas en la historia de LaLiga también corresponde al conjunto azulgrana, que en la temporada 2010-11 encadenó 16 triunfos.