Balaídos no volverá a acoger un partido del Celta hasta el viernes 24 de noviembre, mientras las obras de remodelación de la grada de Río se centran ahora en la revisión de las piezas defectuosas de la cubierta que han obligado a desmontar los bloques de malla de 30 toneladas de peso que ya formaban parte de la estructura del graderío. El alcalde Abel Caballero señaló ayer que las obras de Río estarán concluidas a mediados de febrero, por lo que no se producirá el adelanto que anunció el 21 de octubre para finales de diciembre.

"Ayer [por el domingo] se jugó con total seguridad", apuntó el regidor local en referencia al partido del domingo contra el Athletic, en el que se pudo reabrir Río después de que se desmontase la nueva cubierta, en la que se detectaron 64 esferas defectuosas.

"Está la programación entera en marcha. Mantenemos la fecha de terminación, mediados de febrero. La mantenemos en su integridad y fíjese lo que hubo que hacer: desmontar toda la estructura y bajarla. Se está revisando toda la estructura y hay que volverla a subir", explicó Caballero sobre un proyecto que ahora cuenta con un periodo de tres semanas para volver a levantar la techumbre antes de que el Celta juegue contra el Leganés.

"Mantenemos la fecha de terminación", reiteró el alcalde de Vigo, antes de anunciar: "Mañana o pasado voy a hacer público un calendario de las obras".