José Ángel Ziganda, entrenador del Athletic Club, cree que el partido frente al Celta va a ser un duelo "muy abierto" entre dos equipos "con paralelismos" al haber sido ambos hasta ahora "un tanto irregulares" y con dificultades para encontrar "continuidad" en el juego.

"Somos dos buenos equipos con la esperanza de remontar este inicio", indicó el técnico navarro en la rueda de prensa previa al partido, antes de destacar la propuesta "atractiva" del conjunto vigués que, de la mano de Juan Carlos Unzué, "mantiene los valores de los últimos años" implantados por Luis Enrique y Eduardo Berizzo.

"Les gusta tener la posesión de balón, juegan muy abierto y no especulan. Igual no tienen el nervio o la velocidad de antes, pero sí más posesión y continuidad. Dominan mucho tiempo el partido y hacen muchos goles", resaltó.

Ziganda recordó la estrecha amistad que le une con Unzué y que ambas familias "son íntimas", aunque matizó que será más adelante, "quizás en Sanfermines", cuando recuerden este partido "con más humor". "Ahora cada uno defendemos lo nuestro y no estamos para exquisiteces", dijo.

El técnico, por otro lado, comentó que el partido europeo frente al Östersund no ha tenido consecuencias en el estado físico de los jugadores, salvo "los clásicos golpes y contracturas", y por ello espera poder contar con los mismos futbolistas que el pasado jueves.

Por lo tanto, las bajas son las de los lesionados Óscar de Marcos, Iker Muniain, Beñat Etxebarria y Yeray Álvarez. Sobre este último, que ayer entrenó por primera vez con el grupo tras curarse de un tumor testicular, Ziganda aclaró que fue "circunstancial" y sin pensar aún en que trabaje "a diario" con sus compañeros.

"Entrenó, pero hizo de comodín y era algo muy, muy liviano. A nosotros nos vino bien porque teníamos poca gente y a él también como motivación para tocar la pelota con los demás. Va muy bien y en los plazos que esperamos", declaró.

También desveló que la suplencia en los últimos partidos de Mikel Vesga, que tras ser titular prácticamente fijo vio desde la grada los dos últimos partidos frente a Barcelona y Östersund, se debió a que había visto al alavés "un pelín cansado" en los encuentros anteriores.