Como es sabido, el estadio de Balaídos fue inaugurado en 1928 habiendo sido sometido, desde entonces, a numerosas obras de reforma con el fin de resolver los diferentes problemas que han venido apareciendo.

Entre los problemas más importantes que ha habido que solucionar podemos citar el originado por las inundaciones del campo de juego, las cuales obligaron, con cierta frecuencia, a suspender partidos.

Asimismo ha habido que hacer frente, en varias ocasiones, a la necesidad de ampliar la capacidad del estadio para acoger a un mayor número de espectadores, así como a la necesidad de dotarlo de iluminación para poder jugar los partidos nocturnos del Celta.

Paralelamente a estas actuaciones de adaptación de las instalaciones del Celta a los nuevos tiempos, debe llevarse a cabo la modernización de la documentación legal que ampare el futuro del primer equipo de nuestra ciudad. En este sentido, el Celta busca una fórmula legal que le permita garantizarse la utilización del estadio de Balaídos durante las próximas décadas.

La fórmula legal elegida deberá ser lo suficientemente segura como para permitir que un eventual cambio en la propiedad del Celta, pueda llevarse a cabo sin que se plantee duda jurídica alguna.

En los últimos meses se viene hablando del otorgamiento de una concesión administrativa por parte del Concello de Vigo al Celta, como fórmula legal más adecuada pero, ¿es esto posible?

Desde el punto de vista de la seguridad jurídica, esta fórmula legal podría "hacer aguas" al plantear algunas incógnitas, ya que, como es bien sabido, una parte significativa del estadio de Balaídos (grada de Río) se encuentra ubicada sobre espacios de dominio público hidráulico (cauce del río Lagares), espacios que no forman parte del dominio público municipal. Esta circunstancia, podría hacer insuficiente la fórmula de la mera concesión administrativa municipal para asegurar la utilización futura del estadio de Balaídos por parte del Celta.

En resumen podemos afirmar que la necesaria y conveniente modernización física de las instalaciones de nuestro Celta debe ir acompañada de una modernización jurídica que le permita disponer de una base sólida para encarar el prometedor futuro deportivo que todos los vigueses esperamos.