El gobierno de la pelota, abrumadora en algunas fases del partido, y la valentía de Unzué, que quemó las naves en busca del empate, no bastaron al Celta para doblegar al Atlético de Madrid, que aprovechó su eficacia frente al marco contrario para prolongar su idilio con Balaídos y rebañar, con el cuchillo entre los dientes, tres puntos que ponen fin a su crisis de resultados. No necesitó gran cosa el rocoso conjunto de Diego Simeone para llevarse la victoria. Llegó dos veces con peligro a los dominios de Sergio y anotó a balón parado, tras un rechace de la defensa, el gol que decidió el choque.

El Celta tuvo el balón y llegó con frecuencia al portal de Oblak, pero le faltó filo y capacidad combinativa en el área rival para poner verdaderos aprietos al portero esloveno, que atajó con seguridad todos los disparos que el conjunto celeste metió entre los tres palos. Aspas, con un disparo al travesaño, Sisto, Wass, Mallo y Sergi, a balón parado, pusieron a prueba los reflejos del cancerbero colchonero, pero se estamparon contra un muro infranqueable.

La derrota no desmerece la actuación de los celestes, que tuvieron la ambición de buscar el partido con fidelidad a una idea de juego y se vaciaron sobre el césped para remontar aunque, por primera vez este curso, les faltó veneno en la finalización para cambiar su suerte.

maxi regresa al once tipo

El triplete anotado por Iago Aspas en el Estadio de Gran Canaria no hizo cambiar de planes a Unzué. El técnico devolvió al moañés a la banda derecha y mantuvo a Maxi como referencia en punta en perjuicio de Emre Mor, que inició el partido en el banquillo.

El equipo desplegado por el preparador navarro podría considerarse como el once tipo de este inicio de curso, salvo quizá por la presencia de Sergio, que volvió a reivindicarse con una gran parada a Griezmann, bajo el travesaño. Mallo y Jonny son fijos en los laterales, Cabral y Sergi se reafirman como pareja titular de centrales y Pablo Hernández, Wass y Lobotka ganan peso como trío de centrocampistas. Por lo que respecta al frente ofensivo, los hechos son concluyentes: Unzué ha empleado el mismo tridente (Aspas, Maxi Sisto) en ocho de los nueve encuentros disputados hasta la fecha. Solo cuando el uruguayo ha faltado por lesión ha cambiado sus planes. Que da por ver cómo valora el preparador celeste la gran actuación de Emre Mor saliendo desde el banquillo y si el buen encuentro firmado por e chico tiene incidencia en la próxima visita -con partido de Copa entremedias- a La Rosaleda.

dos minutos fatídicos

El partido se le fue por el desagüe al Celta en dos minutos fatídicos, del 25 al 27, en los que el rival se plantó tres veces con verdadero peligro en el portal de Sergio Álvarez. En la primera, un centro desde la derecha al corazón del área chica, el Atlético no encuentra rematador; en la segunda Sergio priva del gol a Griezmann con una mano espectacular, estirándose al límite para sacar abajo con la manopla el disparo ajustado al palo del francés; y en la tercera Gameiro aprovecha un balón suelto tras un infortunado rechace de Sergi en un saque de esquina para batir al portero celeste.

peor ataque, mejor defensa

A diferencia de anteriores compromisos, en los que la falta de concentración pasó una elevada factura a los celestes, el gol que les costó ayer la derrota se debió más al infortunio que al error. Un mal despeje en la pugna de un balón aéreo que le cae sin esperarlo al delantero rival en perfecta disposición para anotar. Y el destino quiso que fel verdugo fuese Gameiro, un tipo hasta ahora residual en el Atlético que se ha especializado en amargar la vida al Celta. ¿Cómo olvidar el doblete del franco-brasileño en la goleada del Sánchez Pizjuán que dejó hace dos años al equipo vigués fuera de la final de Copa? El franco-brasileño le ha anotado ya cuatro goles al Celta, los dos de la semifinal copera, otro en Liga con el Sevilla y el que dio ayer el triunfo al Atlético en Balaídos.

En ataque, los célticos llegaron con relativa facilidad, pero sin mucho filo al área rojiblanca y, aunque Oblak tuvo que intervenir con frecuencia, nunca lo hizo verdaderamente exigido.

el penalti

A la eficiencia frente al marco contrario y el rigor defensivo del rival y las paradas Oblak, sumó ayer el Atlético un arbitraje más que favorable en Balaídos. Pese a no estar mal situado, Munuera Montero obvió un claro penalti por mano de Gabi en el área que pudo cambiar el signo del partido. De haber señalado la pena, el capitán del Atlético habría sido además expulsado por segunda amarilla.

mor pone otra marcha

Hay que agradecer a Unzué su valentía para buscar la remontada con un doble cambio ofensivo (Guidetti por Cabral y Mor por Wass) que mejoró al Celta en 20 minutos finales con el Atlético achicando balones desde el fondo de la caverna. La entrada del joven talento turco, ayer en banda izquierda con Sisto en la derecha, dio una marcha más al Celta y obligó a hacinarse al Atlético, que acabó pidiendo la hora y exhaló un enorme suspiro cuando el árbitro señaló el final.