El alcalde de Vigo, Abel Caballero, insistía esta mañana en que eran motivos de seguridad los que habían ocasiona el cierre de la grada de Río para el encuentro de mañana ante el Atlético. Además de explicar de manera detallada cuál era el problema que los técnicos habían detectado.

"La seguridad es lo primero, por eso se cierra la grada. El precio de las entradas se devolverá", aseguraba ante los medios de comunicación. Asimismo, transmitía la intención de poder abrir la grada en el próximo partido en Balaídos, e 5 de noviembre contra el Athletic.

Caballero ha manifestado su intención de montar una pantalla en Castrelos para que los aficionados pudiesen seguir el encuentro, pero ha sido La Liga quien no se lo ha permitido.

"El error no es imputable al Celta, ni al Concello ni a la adjudicararia, sino a una de las empresas que participan en esta obra colosal", apunta Caballero.

Por último, el regidor ha pedido comprensión a los aficionados, "su seguridad es lo más importante".

Por su parte, el Celta de Vigo pidió a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) la suspensión del partido de mañana, una petición que ha sido rechazada por la patronal del fútbol español, lo que motivó que la directiva del Celta le ofreciese al Atlético de Madrid jugar el partido de este domingo en el Wanda Metropolitano y el de la segunda vuelta en Balaídos, lo cual tampoco ha aceptado el conjunto rojiblanco, informaron a Efe fuentes del club gallego.