Las esperanzas de que Juan Carlos Unzué pueda disponer de Rubén Blanco para el compromiso del domingo ante el Atlético de Madrid se difuminan. El Comité de Competición desoyó ayer las alegaciones presentadas por el Celta contra la tarjeta roja directa con la que el portero mosense fue expulsado el pasado lunes en el Estadio de Gran Canaria y mantiene el correspondiente partido de suspensión al jugador celeste. El club ha anunciado que recurrirá el dictamen ante el Comité de Apelación, que resolverá hoy sobre el caso.

Rubén Blanco fue expulsado con roja directa en el minuto 51 de partido "por derribar a un contrario impidiendo una ocasión manifiesta de gol", según recoge el árbitro, David Medié Jiménez, en el acta del partido. El colegiado obvia sin embargo que antes de chocar con Jonathan Calleri, el jugador de Las Palmas con quien Rubén pugna por el balón, el cancerbero celeste despeja de forma clara y limpia el balón.

Las imágenes de la jugada aportadas por el Celta para respaldar su recurso no han bastado sin embargo para que Competición corrija la decisión del árbitro. Por el contrario, el comité se acoge al artículo 236 del reglamento que establece que "el árbitro es la autoridad deportiva única e inapelable por lo que no es posible revocar una decisión arbitral invocando una discrepancia de las reglas del juego, cuya competencia, única exclusiva y definitiva corresponde al colegiado". Competición añade que "las apreciaciones arbitrales basadas en hechos relacionados con el juego son definitivas y se presumen ciertas, obligando a quien las impugna a presentar una prueba concluyente y rotunda, que ponga de manifiesto un claro error arbitral".

Según el comité, el "rigor probatorio para quebrar los hechos reflejados en el acta no es suficiente" y destaca que "las imágenes aportadas por e Celta resultan plenamente compatibles con la descripción de los hechos recogida en el acta al apreciarse el derribo de un adversario". El fallo subraya igualmente que para considerar una acción antirreglamentaria "no es necesario tener en cuenta el hipotético hecho de que el jugador contacte previa, coetánea o posteriormente con el balón".

Amparándose en estos argumentos, Competición considera la acción merecedora de tarjeta roja y acuerda sancionar el guardameta celeste con un encuentro de suspensión y una multa accesoria de 600 euros al futbolista y de 350 al Celta. El club vigués ha recurrido el fallo ante el Comité de Apelación, que hoy emitirá su fallo.