El duelo amistoso del pasado jueves ante el Pachuca ha vuelto a dejar al descubierto uno de los problemas que ha lastrado al Celta en este inicio de campaña. Al margen de las dificultades que ha tenido para administrar la ventaja, el conjunto de Juan Carlos Unzué ha cometido errores defensivos muy gruesos, frecuentemente en el tramo final de los partidos, que le han costado una sangría de puntos.

La fragilidad defensiva mostrada en estas siete primeras jornadas de competición contrasta con la apreciable pegada que el cuadro celeste ha exhibido ante el marco contrario. El Celta ha marcado todos los partidos que disputado este curso pero rara vez ha sabido convertir su capacidad goleadora en victorias. Suma dos triunfos en siete jornadas, precisamente en los dos partidos en los que ha sido capaz de mantener su portería a cero: 1-0 al Alavés en Balaídos y 0-4 al Eibar en Ipurua.

Los errores defensivos acompañan al equipo vigués desde la jornada inaugural ante la Real Sociedad y han sido a menudo lo suficientemente gruesos como para no pasar inadvertidos.

Sin ir más lejos, en este primer compromiso liguero el Celta regaló tres goles: Sergio asiste directamente a Oyarzabal en el primero; Juanmi aprovecha otro grave fallo de Mallo en el despeje para anotar el segundo; y Jonny comete en el tercero un penalti evitable en una acción en la que no estaba demasiado exigido.

Frente al Betis, en la segunda jornada, los despistes defensivos volvieron a pasar una elevada factura a los celestes, que también se adelantaron pronto en el marcador y acabaron perdiendo por 2-1. Sergio León empató el choque rematando aprovechando un fallo de marcaje -se cuela con asombrosa facilidad entre Roncaglia y Wass - para batir a Sergio y el marroquí Feddal sentencia a los celestes en el tramo final del choque, con un poderoso remate de cabeza a la salida de un córner, después de superar cómodamente en el salto a Sergi Gómez.

En su visita a Cornellà-El Prat, en la cuarta jornada (2-1), el Celta ofreció importantes carencias defensivas en el segundo gol, que el conjunto de Unzué encaja después de una pérdida de balón letal de Cabral en medio campo. Jurado la roba, cede a Piatti y el argentino no perdona a Sergio. El primer gol perico lo había marcado antes Gerard Moreno, en una buena jugada individual, sin fallos que imputar a la zaga céltica.

De nuevo en Balaídos, ante el Getafe, los celestes se dejaron empatar el partido con otro error de bulto. El 1-1 se produce después de un centro de Álvaro Jiménez que se pasea por toda la defensa sin que nadie la despeje y Ángel, llegando en carrera desde atrás, remacha al fondo de la red en el segundo palo con Sergio vencido.

Ya en la última jornada, también en casa y frente a otro recién ascendido, el Girona, los errores defensivos costaron al Celta otro empate. Los de Unzué se adelantaron, remontaron luego tras recibir dos goles y, después de ponerse por fin en ventaja con un golazo de falta de Wass, dejaron escapar dos puntos en otro imperdonable despiste.

De nuevo la defensa falla en los tres goles: en el primero Portu aprovecha un fallo de marcaje de Jonny para batir a Rubén con un disparo a bocajarro; el segundo llega tras un error en el despeje de Mallo; y el tercero se produce tras un globo que Roncaglia no alcanza despejar. El balón queda muerto en el área tras pegar en la rodilla de Wass y Juanpe, libre de marca, aloja en el fondo de las mallas.