Las dificultades del Celta en la administración de la ventaja se han convertido en el principal quebradero de cabeza de Juan Carlos Unzué en este arranque de curso. Al equipo celeste le cuesta cerrar los partidos y acaba pagando un excesivo peaje por sus errores de concentración en los minutos finales.
Los hechos son concluyentes: al Celta se la han ido ocho puntos por el desagüe por los goles recibos en los últimos 15 minutos de partido. En otras palabras, el Celta ha perdido en el último cuarto de hora de juego tantos puntos como cuenta en su casillero.
El último caso de este problema se produjo el pasado viernes en el duelo frente al Girona, un partido de extrañas alternativas que los celestes parecían haber encarrilado cuando Daniel Wass batió sin contemplaciones a Gorka Iraizoz con un imponente disparo de falta que sorprendió al veterano portero vasco al cambiar de trayectoria sobre la barrera con un efecto imparable (minuto 75).
Los celestes, que se habían adelantado en los compases iniciales del choque, remontaron dos goles del Girona en siete minutos desbocados. En el segundo tiempo, cuando el rival replegó algo sus líneas, pudo gobernar el choque con el balón. Y el tanto de Wass cuando el encuentro caminaba hacia su desenlace dejaba a los celestes en disposición de apuntalar el triunfo, que se esfumó a cinco minutos del final con el gol de Juanpe tras un grueso error defensivo. Libre de marca, el defensa central del Girona cazó sin oposición un globo colgado al área aprovechando un error de Cabral en el despeje. Un castigo quizá excesivo para los méritos contraídos por los celestes en el segundo tiempo, pero que desnudaba las carencias que está teniendo el equipo para administrar su renta.
Llovía sobre mojado. No en vano solo 8 días antes, también en Balaídos, los celestes se dejaban otros dos puntos ante el Getafe, otro de los novatos en Primera División esta temporada. En esta ocasión era el tinerfeño Ángel, uno de los cambios realizados por Pepe Bordalás, el técnico azulón, para remontar, el que igualaba la contienda en el minuto 86, sin dar tiempo de respuesta a los celestes. El gol de Maxi Gómez en la primera parte tampoco sirvió esta vez a los de Unzué. Un grosero despiste defensivo les condenaba de nuevo al empate a cuatro minutos del final. Álvaro Jiménez, otro de los cambios de Bordalás, aprovechó un boquete en la banda derecha celeste para poner un centro que se paseó por delante de toda la defensa antes de que Ángel, llegando desde atrás en carrera, fusilase a Sergio.
Pero no solo en Balaídos ha tenido el Celta problemas para gestionar su ventaja en el marcador. También fuera de casa se ha dejado remontar el equipo vigués esta temporada. Ocurrió en la segunda jornada liguera, en el Benito Villamarín, en otro partido en que Maxi -aunque el árbitro adjudicó el tanto a Camarasa en propia meta- puso en ventaja a los celestes en el primer tiempo. El uruguayo adelantó al conjunto celeste en el minuto 14 y Sergi León puso las tablas a la media hora de juego. La cosa parecía quedar ahí tras un segundo tiempo sin grandes ocasiones de peligro cuando en el minuto 76 Feddal se adelantó en el salto a Sergi Gómez y aprovechó un centro al área para batir a Sergio y dejar al Celta chasqueado y sin puntos.
De vacío se fue también el conjunto de Juan Carlos Unzué en el duelo inaugural de la Liga contra la Real Sociedad en Balaídos tras llegar con ventaja a los diez últimos minutos de partido. Maxi adelantó dos veces a Celta. Abrió el marcador a los 22 minutos y puso en ventaja a los de Unzué en el 50, después de que Oyarzabal nivelase el marcador antes del descanso tras recibir directamente el balón de Sergio. Dos regalos más -un error que dejó a Juanmi mano a mano con el portero y un prescindible penalti de Jonny transformado por William José- frustraron las esperanzas de los celestes, que vieron esfumarse en diez minutos tres puntos que ya creían tener en su bolsillo.
