Los problemas defensivos son unos de los factores que frenan el despegue del Celta de Juan Carlos Unzué. El equipo ha encajado 11 goles en las siete primeras jornadas de Liga, lo que ha planteado un rompecabezas al técnico celeste que todavía no ha sabido resolver. El entrenador navarro, que dispone de cuatro centrales, no ha encontrado a la pareja que aporte la fiabilidad en campo propio que el equipo necesita.

Los números no son halagüeños. El cuadro vigués solo ha conseguido dejar la portería a cero en dos ocasiones durante un inicio de temporada que se antojaba favorable para los intereses del Celta. Los celestes ya han encajado 11 goles y solo se han enfrentado a un adversario de talla europea, la Real Sociedad. En el segundo tramo de la primera vuelta tocará medirse a los rivales más fuertes del campeonato y a ese momento llegará con los deberes a medio hacer.

Este Celta de Unzué recibe 1,57 goles por partido. Cada 57 minutos de juego le marcan un gol. La debilidad defensiva empaña, además, los buenos números de los celestes en ataque. Los olívicos son el segundo conjunto más goleador de la Liga, con 13 tantos a favor, empatados con la Real Sociedad y solo por detrás del líder, el Barcelona. Pero aunque el Celta tenga la capacidad de encontrar el camino a la portería contraria, en parte gracias a la eficacia de las jugadas de estrategia, no se traduce en resultados. Según los datos estadísticos de @AfoutezaRCCelta, los celestes han dejado escapar 10 puntos “provisionales”, es decir; puntos perdidos después de haber ido ganando un partido. Contra la Real Sociedad y Betis se escaparon 6 puntos, mientras que ante el Getafe y el Girona volaron otros 4. Además, 5 de estos 10 puntos se perdieron a partir del minuto 85. Guarismos que evidencian la incompetencia de este Celta para cerrar los encuentros.

Por otro lado, el bagaje defensivo de Juan Carlos Unzué en Liga hasta este momento mejora los datos del Celta de Berizzo del curso pasado. En la temporada 2016-2017, cuando el 'Toto' hizo rotaciones masivas para favorecer la marcha del equipo en Copa del Rey y Europa League, los celestes recibieron 1,81 goles por partido (un gol cada 50 minutos), mientras que el equipo actual encaja 1,57. Pero el conjunto de Unzué encaja más goles que el Celta de Luis Enrique (1,42 goles por partido), el Celta de la primera temporada de Eduardo Berizzo (1,16 goles por partido) y el de la segunda campaña del entrenador argentino (1,55 goles por partido).

El preparador céltico no ha conseguido solventar este problema con el simple intercambio de piezas en su línea defensiva. Si bien Hugo Mallo y Jonny son dos fijos para el navarro en los laterales, la pareja de centrales ha sufrido más variaciones. El que más ha jugado es Andreu Fontás. El zaguero catalán es el preferido del entrenador celeste por su salida de balón. Con él en el campo el Celta ha recibido 8 goles, uno cada 53 minutos. Sergi Gómez es el segundo central con más minutos (367) y su presencia sobre el césped ha significado hasta ahora un gol cada 61 minutos, números muy parecidos a los de Gustavo Cabral, que ha jugado un poco menos. Con él, el Celta encaja un gol cada 59 minutos. Facundo Roncaglia es el defensa con el que menos ha contado Unzué. El central argentino ha tenido 123 minutos, con una estadística de un gol recibido cada 41 minutos.

La línea defensiva del Celta apenas ha cambiado en los últimos años. Andreu Fontás, Sergi Gómez y Gustavo Cabral son tres veteranos des vestuario celeste y Roncaglia llegó el verano pasado. Sin embargo los goles en contra suponen un lastre. El origen del problema parece una suma de varios factores. El cambio de sistema puede ser el primero y el más evidente. Con Unzué el Celta ha pasado del marcaje individual y al hombre de Berizzo al marcaje convencional, en zona. Los celestes también conceden un gran número de centros desde los costados. Los laterales del conjunto vigués están menos auxiliados este curso. Iago Aspas y Pione Sisto hacen menos ayudas a Hugo Mallo y a Jonny, por lo que los rivales encuentran un carril mucho más despejado para poner el balón al área desde los flancos. Se añaden a esta lista los errores individuales. Regalos al rival que han costado puntos a los vigueses. El último factor es el menos cuantificable: la falta de intensidad y contundencia en los últimos metros.