El Celta sigue sin dar el zarpazo definitivo. Le falta asestar ese golpe, dar ese estirón que le sitúa a las puertas de la zona de privilegio de la categoría. En Eibar regaló razones para el optimismo. Su eficacia permitía ver la cita ante el Girona como el momento ideal para situarse en la parte tranquila de la tabla. Pero el equipo de Unzué es como esa persona que camina en una fría noche de otoño sin defensas. Cualquier dolencia le hace daño, el mínimo golpe es letal. El Celta lo sabe. Le ha sucedido ante su afición por tercera vez en lo que va de campaña. Real Sociedad, Getafe y Girona -estos dos últimos recién ascendidos- lograron sobrevivir a un Balaídos que ha sido testigo cómo se escapan de nuevo los puntos en los minutos finales.

El espectador neutral estará feliz del recital que regalaron tanto Celta como Girona. El cuadro celeste tiene tirón, conquista paladares exquisitos por partidos como estos. El primer acto fue para grabar y degustar en un sábado lluvioso de invierno. El equipo de Machín arrancó con ambición. El Celta supo aguantar el arreón visitante de los cinco primeros minutos. El choque se equilibró y se desató la locura, una tormenta de intercambio de goles cuatro tantos en diez minutos. Fueron dos momentos de acción y reacción. Sisto inauguró el marcador y Portu empató en menos de dos minutos. El cuadro catalán remontaría el gol del danés con un tanto de Stuani a balón parado al filo del primer cuarto de hora. Sin embargo, cuando parte de la grada mostraba su enfado por los problemas atrás de su equipo, apareció Maxi Gómez. El uruguayo ponía de nuevo las tablas en el marcador.

El primer tiempo concluía con Rubén Blanco y Gorka Iraizoz como grandes protagonistas. El mosense sacaba una mano espectacular para evitar el nuevo golpe de un atrevido Girona. Los últimos cinco minutos antes del intermedio fueron de color celeste. Iraizoz evitó el golazo de Sisto y Daniel Wass coqueteó con el tanto con un remate que se fue fuera por centímetros.

Tras la reanudación el Celta se acercó a la versión que quiere mostrar Juan Carlos Unzué. Bien en la salida de balón, control del juego y vertical en campo contrario. El navarro refrescaba el eje de la zaga dando entrada a Roncaglia en detrimento de Fontás. El equipo vigués tuvo que sobreponerse a la lesión de su capitán, Hugo Mallo, que todo apunta que tiene un problema muscular. El argentino pasó al costado derecho de la defensa mientras que Cabral sería la pareja de Sergi Gómez en el eje.

El guión del encuentro seguía siendo el mismo. Posesión de un Celta que encerraba en su campo al Girona. El Celta aporreaba la puerta. Buscaba esa idea certera que le pusiera de nuevo por delante en el tanteo. Sin embargo volvió a emerger la figura de Gorka Iraizoz en una de las acciones más decisivas del choque. El meta vasco evitó una triple ocasión de los locales con dos paradones a sendos remates de Facundo Roncaglia y Maxi Gómez.

El Celta asumió su papel. Paciencia e insistencia. Sin prisa pero sin pausa. Y Balaídos se habituaba a la buena versión de sus jugadores. El premio llegó mediado el segundo acto. Golazo de falta de Daniel Wass que acercaba los anhelados tres puntos. Al igual que sucedió ante el Getafe, el cuadro celeste no supo cerrar el partido. El vértigo y el resultado le fueron metiendo en campo propio en el momento decisivo del choque, en esa fase en la que se ganan y pierden puntos. Y, desgraciadamente, el cuadro vigués sufre cuando el balón está en su área. Juanpe batió a Rubén Blanco y asestaba un nuevo golpe sobre la bocina. El Celta, de nuevo condenado por la campana.

Ficha técnica:

RC Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo (Cabral, 65'), Sergi Gómez, Fontás (Roncaglia, 57'), Jonny; Lobotka, Jozabed, Wass; Iago Aspas, Pione Sisto (Emre Mor, 73') y Maxi Gómez.

Girona: Gorka; Juanpe, Bernardo, Alcalá, Mojica; Pablo Maffeo, Pere Pons, Aleix García (Douglas, 83'), Borja García (Olunga, 74'), Portu; y Stuani (Kayode, 68').

Goles: 1-0: Pione Sisto (8'); 1-1: Portu (10'); 1-2: Stuani (14'); 2-2: Maxi Gómez (16'); 3-2: Wass (76'); 3-3: Juanpe (86').

Árbitro: González Fuertes (comité asturiano). Mostró tarjeta amarilla a Maxi Gómez y Emre Mor por parte del Celta mientras que por parte del Girona vieron cartulina amarilla Bernardo, Stuani, Juanpe, Pons y Alcalá.