El Celta regresa a los entrenamientos en las instalaciones deportivas de A Madroa tras disfrutar ayer de la primera de las dos jornadas de descanso que el técnico, céltico Juan Carlos Unzué concederá a la plantilla esta semana. El foco de atención en la vuelta al trabajo del equipo estará centrado en el estado físico del centrocampista serbio Nemanja Radoja, cuya participación en el duelo del viernes frente el Girona sigue en el aire.

A la espera de conocer la evolución del futbolista, el parte de enfermería facilitado por el club el pasado lunes, en el último entrenamiento del equipo no era demasiado halagüeño sobre la posibilidad de que el balcánico pudiese vestirse de corto en la que será la primera visita del Girona a Balaídos en Primera División. La situación no ha cambiado. Radoja sufre molestias en la rótula de su rodilla derecho que le han impedido ejercitarse con el grupo desde su regreso a Vigo en el primer parón de la Liga y le han obligado a perderse los últimos cuatro partidos de Liga.

El mediocampista lleva tres semanas trabajando al margen del grupo con una evolución de la lesión mucho más lenta de los esperado. Tanto es así que los servicios médicos lo incluyeron por primera vez en el parte de enfermería el mismo día en que causó baja para el choque contra el Alavés en Balaídos el pasado día 10 de septiembre. Tras este encuentro, Juan Carlos Unzué expresó su confianza en poder recuperar tanto al serbio como al argentino Facundo Roncaglia para el siguiente compromiso liguero, el que enfrentó a los celestes contra el Espanyol ocho días después.

Para este último choque en Barcelona, el preparador céltico incluyó ya en la convocatoria al defensa central argentino y al delantero John Guidetti, aunque ninguno de ellos dispuso de minutos en Barcelona y tampoco en el siguiente partido, ante e Getafe en Vigo.

Tanto Roncaglia como Guidetti estuvieron en el banquillo el pasado domingo en Ipurua, donde el interncional sueco dispuso de sus primeros minutos esta temporada después de fracturarse la clavícula durante el amistoso ante el Roma jugado en Balaídos una semana antes de iniciarse la Liga.