La tercera derrota del Celta en esta temporada abre algunas interrogantes sobre el proyecto de Juan Carlos Unzué. Preocupa la imagen ofrecida por el equipo vigués en Cornellà-El Prat, y para el duelo de mañana ante el Getafe (Balaídos, 21 horas) vuelven las mismas urgencias que frente el Alavés. El triunfo contra el conjunto vitoriano no produjo el efecto placebo deseado. Desde la decimoséptima posición en la tabla, los plazos se acortan y el tiempo apremia. Los celestes necesitan una reacción inmediata. Así lo ven al menos los tres entrenadores consultados por este diario (Ramón Carnero, Javier Maté y Jorge Otero). "Sin alarmismos", subrayan, pero conscientes de que el conjunto vigués se ha metido en problemas y que necesita superarlos lo antes posible. La confianza se gana con los resultados favorables,, señalan, pero los rivales saben también cómo contrarrestar el fútbol de toque que proponen los jugadores de Unzué.

Vuelve a cuestionarse el inicio del juego que tantas facilidades le dio a la Real Sociedad en el arranque de la Liga y el lunes pasado al Espanyol. Pero tampoco se comprende que el Celta dejase de presionar cerca del área rival para generar más ocasiones de gol. Se necesita manejar una mayor riqueza táctica para neutralizar a adversarios que estudian con detalle la estrategia de Unzué.

"No hay que magnificar la derrota. Todo requiere un tiempo, pero sí es verdad que convendría que se hiciese un buen análisis de la situación", propone Javier Maté. Se queja el director deportivo del Coruxo del abuso céltico en el juego horizontal y de "la poca velocidad del balón" que el Celta exhibió ante el Espanyol.

Jorge Otero, entrenador del Arosa, sostiene que Unzué quizás no disponga de los jugadores adecuados para el estilo de juego que propone o que los futbolistas no hayan asimilado todavía los nuevos conceptos. Considera "claves e importantes" para el futuro inmediato del nuevo proyecto céltico los partidos que esta semana le esperan ante el Getafe y el Eibar. "El Celta tiene que mejorar e intentar ser, por momentos, más práctico, para que el equipo vaya cogiendo confianza", conviene el técnico de Nigrán.

"No es una situación alarmante pero es necesario cambiar", proclama Ramón Carnero, quien desaprueba que el pivote juegue "por detrás de los centrales, porque así se pierden diez metros" en el inicio de la jugada. "Ahora lo que hacemos es tener posesiones muy largas, pero cerca de nuestra área, y eso nos perjudica", apunta el entrenador del Celta de veteranos.

"Si se ve que el equipo no responde a esa idea, a lo mejor hay que plantearse un cambio en la forma de jugar, en hacer la presión más alta...", continúa Carnero, que fue segundo entrenador del Celta en la época dorada del club.

Jorge Otero, por su parte, cree que los jugadores tendrán que adaptarse a los nuevos conceptos tácticos, pues tampoco se alejan mucho de los que manejó Berizzo en Vigo en los últimos tres años. "Tendrán que adaptarse, pero cuando los resultados no acompañan los jugadores van perdiendo confianza y no se atreven a hacer lo que el entrenador quiere. Un gran problema para cualquier futbolista es cuando tiene dudas respecto a lo que está haciendo", indica el que fuera internacional céltico.

Maté abunda en que al equipo de Unzué se le va a exigir mucho tras protagonizar una excelente temporada y que los rivales conocen cómo neutralizar su juego. "No es fácil repetir la temporada pasada y el equipo se tiene que acostumbrar a que el tipo de juego que quiere realizar está muy analizado por los adversarios, que ya saben cómo combatirle. Ese es el principal problema del Celta, que le han tomado la matrícula. Porque el año pasado también tocaba el balón en el centro del campo y quería mantener una gran posesión de la pelota. Ahora quizás se tiene el balón más en líneas defensivas y eso ha costado goles porque se corren riesgos, evidentemente. A lo mejor, el equipo está siendo muy previsible y al rival no le cuesta neutralizarlo", reitera.

Carnero pide sosiego ante los malos resultados pero reclama "decisiones, para cortar las cosas que no vemos bien. Estamos perdiendo puntos importantes, no es una situación alarmante pero es necesario cambiar".

"No creo que debamos alarmar ni el famoso entorno contribuir a una desestabilización", propone Maté, en sintonía también con Otero: "No hay que alarmarse porque se llevan disputadas muy pocas jornadas y se supone que el equipo tiene que ir a más, tiene que mejorar. Lo que sí es cierto es que si quiere jugar de esa manera tan clara, los jugadores tienen que ganar confianza y eso lo dan los buenos resultados". Jueves y domingo esperan a los célticos el Getafe en Balaídos y el Eibar en Ipurúa.