Los lunes no se puede despertar tarde. Ese fue uno de los grandes errores del Celta, que firmó su tercera derrota en cuatro partidos disputados. El equipo de Unzué firmó una mala primera parte, un acto en el que acabó sucumbiendo ante la intensidad de un Espanyol que neutralizó la sala de máquinas celeste y sacó provecho de los errores en la salida de balón.

El Celta saltaba a Cornellá con el mismo once que doblegó al Alavés la pasada jornada. Sin embargo, el cuadro vigués sigue lejos de su mejor versión. El Espanyol pronto empezó a asomarse sobre la portería de Sergio Álvarez. Leo Baptistao y Gerard daban los primeros avisos a una zaga celeste que está encontrando serios problemas para construir el juego desde atrás.

El "7" blanquiazul encontró pronto el camino al gol. Gerard Moreno, en claro fuera de juego, cazaba el esférico en la frontal, se dio la vuelta y generó el espacio necesario para armar el remate que acabaría batiendo al Gato de Catoira. Diez minutos y los locales espantaban de golpe todos sus fantasmas y sus miedos ante un Celta que buscaba sobrevivir del ingenio y el talento de Aspas y Sisto. Precisamente sería el moañés el que dispondría de dos ocasiones para batir a Pau López, pero los dos remates del internacional español no encontraron portería.

Cuando parecía que el Celta despertaba llegó un nuevo mazazo. Cabral cometía un error en la salida que aprovechaba Pablo Piatti. El potente chut del argentino no podía despejarlo Sergio Álvarez. Dos goles. El partido era una montaña para un cuadro vigués que estaba de lunes en Cornellá. Se quería reaccionar, pero era imposible imponer el juego en una sala de máquinas que seguía desbordada por la intensidad y el vendaval físico del Espanyol.

La reacción tampoco llegó tras la reanudación. El Espanyol seguía cómodo. El resultado le permitía explotar la contra, una de sus mejores armas. La entrada del Tucu Hernández cambió el panorama. El centro del campo del Celta tenía más músculo para vencer en ese cuerpo a cuerpo con la medular blanquiazul. Pione Sisto daba vida al Celta con un remate desde la frontal que daba en Fontás y despistaba a Pau López. El gol del danés era el comienzo de los mejores minutos del conjunto vigués en Cornellá.

Unzué movía de nuevo banquillo. Retiraba a Sisto y daba entrada a Emre Mor. El turco mostró sus credenciales. Se asoció con Aspas y ambos dieron siempre sensación de peligro, aunque faltó esa jugada precisa, clara, que permitiera al Celta presentarse con claridad ante Pau López. El equipo vigués incluso acabó algo desquiciado por las decisiones del colegiado, que mostró amarilla a Maxi Gómez por una discusión con Hermoso y a Cabral por protestar. Al final no hubo acción. El Espanyol supo sobrevivir a la revolución final que supuso el tanto de Pione Sisto. Derrota por la mínima de un Celta que sigue mostrándose muy irregular en su fútbol, que comete errores clamorosos atrás y que, con este resultado, se sitúa en la zona baja de la clasificación.

Ficha técnica:

Espanyol: Pau López; Víctor Sánchez, David López, Hermoso, Aarón; Javi Fuego (Marc Roca, 74´), Darder (Pape Diop, 82´), Jurado, Piatti (Sergio García, 61´); Leo Baptistao y Gerard.

Celta: Sergio; Hugo Mallo (Hjulsager, 82´), Cabral, Fontás, Jonny; Lobotka, Jozabed (Tucu Hernández, 58´), Wass; Iago Aspas, Pione Sisto (Emre Mor, 72´) y Maxi Gómez.

Goles: 1-0: Gerard Moreno (9´); 2-0: Piatti (23´); 2-1: Pione Sisto (68´).

Árbitro: Alberola Rojas (comité castellano-manchego). Mostró tarjeta amarilla a Javi Fuego por el Espanyol mientras que por parte del Celta vieron cartulina amarilla Iago Aspas, Hugo Mallo, Maxi Gómez y Gustavo Cabral.