Las altas expectativas de los fichajes incorporados en el mercado estival por Felipe Miñambres se han visto confirmadas en la competición de forma inmediata. Los cuatro refuerzos incorporados en el verano se han adaptado en tiempo récord a la Liga española con sorprendente protagonismo en el juego y han proporcionado estimables réditos al equipo desde la jornada inaugural del campeonato.

El caso más llamativo es el del uruguayo Maxi Gómez, un joven delantero de solo 21 años que comenzó a destacar el pasado curso en Defensor y se ha convertido en la sensación de la Liga en este arranque de curso. Aunque Maxigol, como ya se le conoce en Vigo, llegó a la titularidad por accidente -la lesión de Guidetti en el amistoso frente al Roma le abrió las puertas del once-, no ha tardado en batir récords de anotación con el Celta. El punta charrúa es el máximo goleador del equipo con 4 goles en 3 encuentros y el segundo mejor artillero del campeonato, tras el azulgrana Lionel Messi.

En los tres partidos disputados hasta la fecha, Maxi se ha mostrado como un finalizador casi infalible. Domina la suprema suerte del remate -ha marcado dos goles de cabeza y otros dos, de diferente factura, con el pie- y parece estar dotado de un intuición natural para esperar la pelota donde puede hacer más daño.

El joven artillero céltico ha entrado en el equipo como un ciclón. Anotando en las tres primeras jornadas, Maxi ha igualado registros establecidos por vacas sagradas a como Del Pino, Agustín, Hermidita, Pahiño, y más recientemente Catanha o Fabián Orellana. Su rendimiento ha sido tal , que hasta el por Juan Carlos Unzué ha reconocido que es imposible que mantenga semejante ritmo goleador. El técnico, celeste ha puesto, de hecho, especial empeño en descargar de presión al joven delantero. "Es un chico de 20 años que ha aterrizado hace unos meses y tiene muchas cosas por mejorar", ha señalado el preparador celeste sobre el chico. Con todo, Maxi está amortizando mucho antes de los esperado los 4 millones de euros que el Celta ha pagado por su fichaje.

Menos efectiva, aunque igualmente vistosa, ha sido la irrupción en el equipo del centrocampista eslovaco Stanislav Lobotka. A diferencia de Maxi, su protagonismo en el equipo ha crecido de modo paulatino: 14 minutos frente a la Real Sociedad, 10 frente al Betis y un partido completo en el triunfo sobre el Alavés, en el que movió al equipo organizando el juego con la maestría de un avezado veterano. En este último partido, Unzué lo probó en la posición de pivote, en la que más ha brillado con su selección, con la que días antes semana había firmado todo un recital en los partidos de clasificación para el Mundial de Rusia contra Eslovenia e Inglaterra. En muy poco tiempo, Lobotka se ha revelado como un mediocampista total. Solo el juego por alto se le resiste.

A diferencia de Maxi y Lobotka, la afición celeste conocía muy bien qué podía aportarle Jozabed Sánchez, quien ya brilló como fichaje invernal el pasado curso. El centrocampista sevillano ha jugado los tres partidos como titular (247 minutos) con muy interesantes prestaciones para el equipo, a pesar de no haber estrenado aún su casillero de goles y asistencias.

La aportación de Emre Mor, el último en incorporarse a la disciplina céltica y también el más joven y caro de todos, está por descubrir. Al llegar tras la segunda jornada, Unzué le ha dado apenas unos pocos minutos al final del partido del pasado domingo ante el Alavés, sin tiempo para mostrar su magia. Se adivina sin embargo un monstruoso talento que Unzué, como en el caso de Maxi, tendrá que explotar con paciencia. Su buen pie, velocidad y calidad natural hacen pensar que al internacional turco no le va a suponer ningún problema adaptarse rápidamente al estilo de juego que el Celta se propone defender esta temporada.