La primera derrota del Celta esta temporada abre el debate entre la afición por los riesgos que corre el equipo de Unzué para salir con el balón jugado desde su área. El técnico navarro subraya que nada le impedirá modificar su plan, ni siquiera el error que cometió Sergio Álvarez en el primer gol de la Real Sociedad, aunque admite que puede variar el plan en momentos puntuales. Además de las dudas que suscita ese estilo de iniciar el juego, la discusión se extiende hacia quién debería ejercer como portero titular. El Gato de Catoira, al que no ha podido convencer ni siquiera cuando la UEFA lo distinguió como uno de los guardametas más destacados de la pasada edición de la Europa League. No se descarta que la primera víctima del estilo de juego de Unzué pueda estar en la portería.

Los aficionados que reniegan de las emociones fuertes en el fútbol han sido los primeros en dudar de la conveniencia de que el Celta busque las combinaciones en corto para salvar la primera línea de presión del rival. Se llenaron de razones el sábado cuando a la media hora de juego Sergio Álvarez erró el pase hacia Wass y el balón llegó a Oyarzábal, que lograba el empate con un certero golpeo. A partir de ahí, el portero tuvo que sufrir las quejas y los abucheos de una parte de la afición.

Unzué salió en defensa de su jugador nada más concluir el partido, recordando que el segundo gol del Celta se originó precisamente en una acción que inició Sergio Álvarez con una combinación en corto con otro compañero. La acción prosiguió con un córner a favor de los celestes y Maxi Gómez aprovechó el saque de esquina para conseguir su primer doblete en Balaídos. Además, el técnico navarro quisó aclarar que no revisará este plan de juego. "Cuando tienes una idea hay que defenderla. Para mí es importante que, independientemente del error, se siga intentando para acabar siendo mejores. Yo lo siento así.Sacar el balón jugado desde atrás es una forma de crear superioridad en otras partes del campo". Unzué ya puede manejar varios ejemplos para demostrar la eficacia de su sistema, no solo el que recordó el sábado. La mayor demostración del nuevo sistema de juego de los célticos se produjo en el amistoso contra la Roma, que cerraba el periodo de prepación del equipo vigués. El tercer tanto, logrado por Pione Sisto, y el cuarto, obra de Aspas, nacieron en los pies de Sergio Álvarez, con Jozabed asumiendo un papel importante en las primeras transiciones para que después de una docena de toques la jugada acabase en gol sin que el rival tocase el balón.

Ese fútbol de salón, asumidos los riesgos, puso en ventaja al Celta contra la Real Sociedad en dos ocasiones. Sin embargo, la derrota de los celestes comenzó a fraguarse cuando el rival le quitó la pelota. Unzué también subrayó que en momentos puntuales está dispuestos a renunciar a su estilo.