El Celta no pudo regalarle a Juan Carlos Unzué una victoria en el debut del navarro como entrenador de Primera División. A los célticos les sobró la media hora final ante una Real Sociedad que se vio sorprendida por el fútbol de toque que practicó el conjunto vigués. Cuando Jozabed se sentó en el banquillo y la pelota pasó a los pies del equipo donostiarra, el sistema defensivo de los celestes comenzó a resquebrajarse y los errores le condenaron a una inesperada y dolorosa derrota. Es el precio que tendrá que pagar el equipo vigués por la arriesgada apuesta de salir con el balón controlado desde su portería. Unzué seguirá insistiendo en la idea porque está convencido de que le dará más réditos que disgustos a su equipo, aunque admite que en momentos determinados tampoco reniega de los pelotazos para sacarse al rival de encima.
Alegría y desesperación
Todos los estados anímicos que genera el fútbol los vivió el celtismo en una sola tarde, en la que el deporte rey copió los tiempos muertos de otras disciplinas para combatir las altas temperaturas. Y en los dos parones que hubo en cada tiempo de juego, el equipo de Juan Carlos Unzué dejó escapar las ventajas que fue adquiriendo con los dos goles de Maxi Gómez y acabó perdiendo tras un penalti muy discutido en el minuto 87.
el once esperado
Unzué dio continuidad al mismo equipo que el domingo pasado ridiculizó en el último amistoso del verano a la Roma en la primera parte, con el único cambio de Maxi Gómez por el lesionado Guidetti. Cabral y Fontás fueron la pareja de centrales, con Mallo y Jonny por los laterales. Bajo palos, Sergio Álvarez, a quien Unzué premió por su gran segunda parte de la pasada temporada. Radoja y Wass forman la principal pareja en el centro del campo para el técnico navarro, que ha encontrado en Jozabed al catalizador del juego. Aspas, escorado a la derecha, pero con libertad de movimientos, y Pione ocuparon las bandas, con Maxi como delantero centro. Unzué dejó fuera de la convocatoria a David Costas y a Pape Cheikh, pendiente de su traspaso.
Instinto goleador
Maxi Gómez demostró que posee un instinto especial para ocupar el lugar preciso. Es oportunista y protagonizó el debut soñado por cualquier futbolista que aspira a una larga y fructífera carrera deportiva: anotó dos goles en su irrupción en la Primera División española después de destacar como el mejor artillero de la competición uruguaya. El exjugador de Sporting Defensor es un excelente rematador, maneja bien el juego de espaldas a la portería, sabe incordiar a los centrales, y es solidario en la presión a la salida del balón del rival. Balaídos ha encontrado un nuevo ídolo: al autor de los dos primeros goles de la Liga y al que le sobra carácter para enfrentarse a las defensas rivales. Ayer pagó tanta osadía con la primera cartulina amarilla y varias advertencias del árbitro. Le recriminaba Mateu Lahoz que utilizase los brazos en los forcejeos con los centrales blanquiazules.
el arte de un sevillano
El andaluz Jozabed Sánchez es una pieza fundamental en el esquema de juego del equipo de Unzué. El exfutbolista del Fulham es el encargado de coser el juego entre la defensa y el ataque, quien da profundidad al balón cuando circula por la zona de medios. El nuevo Celta asume los riesgos de iniciar la jugada desde su portería con combinaciones. Y en esos movimientos, Jozabed es quien baja a recibir casi a la altura de los centrales y casi siempre encuentra la mejor opción para que su equipo juegue con profundidad y genere múltiples ocasiones de gol. Con Jozabed regalando caramelos a sus compañeros, Balaídos apenas tardó veinte minutos en correar el estribillo "fútbol de salón" que tanto aprecia. Cuando el andaluz fue sustituido por Lobotka, el estadio se entregó a una larga ovación como reconocimiento al arte que atesora este centrocampista que también brilló en el Rayo.
La banda derecha
Con Mallo, Wass y Aspas, la banda derecha del Celta es la que más acciones de ataque genera. Por ahí, el juego de los celestes es de alta calidad, con triangulaciones para superar líneas y plantarse en el área rival con peligro. La fortaleza física de Mallo y de Wass permite a Aspas aparecer por la frontal y buscar el disparo con la pierna izquierda. Ayer lo intentó en varias ocasiones pero el moañés careció de la habilidad necesaria con el balón.
dolorosa derrota
El buen fútbol llevó ayer al Celta a anotar el primer tanto a los veintidós minutos y a originar múltiples ocasiones de gol. Pero pagó caro un error de Sergio en la salida del balón, que aprovechó Oyarzábal para empatar. El dominio de los de Unzué se vio recompensado con el segundo tanto de Maxi Gómez en el minuto 50, tras un córner, en una jugada que nació en los pies de Sergio Álvarez. Pero todo se vino abajo para los celestes cuando se marchó Jozabed. Entonces, el balón pasó a los pies de la Real, que empató gracias a Juanmi (como la temporada pasada) y obtuvo un inesperado triunfo con un penalti que el colegiado le regaló al conjunto vasco tras un fallo de Jonny.
