Agosto avanza sorprendentemente tranquilo para el Celta. Sin movimientos a la vista en lo que se refiere a la posible salida de futbolistas con los que se cuenta, pendiente de solucionar el asunto de Marcelo Díaz -que estos días estudia con su agente en Vigo las alternativas que tiene después de que el Celta le haya dejado claro que no tiene posibilidades de jugar-, el de Alex López -que entrena sabiendo que tampoco tiene opciones de tener presencia en el equipo- y a la espera de conseguir el futbolista que necesitan para completar la plantilla y para darle a Unzué lo que el técnico ha reclamado.

La pretemporada del Celta, en lo que se refiere al mercado, parece haber entrado en una especie de "valle". En las primeras semanas del verano se aceleraron las operaciones que estaban en marcha y ahora queda pendiente de solucionar el asunto del jugador de banda. El tema no ha dejado de moverse en las oficinas de Plaza de España aunque sin la prisa que podía existir en otros momentos. En el club sienten que el equipo tiene las espaldas cubiertas gracias al rendimiento que han comenzado a mostrar futbolistas como Hjulsager -una de las gratas sorpresas de estos meses tanto por su rendimiento como por su actitud- y eso les hace trabajar sin el agobio que podía existir en caso de que no hubiese piezas con las que cubrir cualquier eventualidad.

Eso también permite al Celta moverse por el mercado sin angustias ni movimientos desesperados. En ese juego de "trileros" que a veces es contratar a un futbolista, el equipo vigués ha optado por la serenidad sin perder de vista a las piezas que tienen marcadas en la agenda como son los casos ya conocidos de Emre Mor o de Sam Larsson, que también parecen estancados en las últimas semanas. En ese sentido el interior sueco sigue sin cambiar su situación en el Heerenveen. El futbolista insiste en forzar su salida agarrado a la promesa que en su momento le hizo el club de abrirle la puerta este verano teniendo en cuenta que dentro de unos meses será libre para negociar su futuro. Pero se agarran a los ocho millones que reclaman por la libertad del futbolista. Y a esa cifra no quieren llegar sus pretendientes. El Celta maneja otros nombres y la sensación de saber que la plantilla tiene recursos para satisfacer a Unzué llegado el caso. Pero la búsqueda continúa.