El verano, tiempo extraño en el que el valor de los resultados es casi nulo y el de los partidos muy relativo, está trayendo a la vida del Celta un Iago Aspas menos relacionado con el gol de lo que en él es habitual, una circunstancia que revitaliza el debate sobre su actual posición en el campo, recostado por Unzué sobre la banda derecha del ataque. Una ubicación que aunque no resulta nueva para él, sí ofrece interesantes matices.

Como buen "jugador franquicia" mucho de lo que suceda en la temporada del Celta tendrá que ver con las prestaciones de Iago Aspas. Es imposible entender los últimos años del equipo sin él, sin sus goles y sin esa capacidad desequilibrante que enriquece al grupo y de la que se aprovechan sus compañeros. El año pasado Berizzo encontró en el moañés la solución a la ausencia a un futbolista natural para la banda derecha. En un esquema donde los futbolistas aparecían por cualquier esquina del campo, Iago adaptó un rol que le permitió mantener todavía una intensa relación con la portería rival aunque es una evidencia que su número de goles descendió con respecto a los primeros meses de campeonato.

Por lo visto durante el verano Unzué parece tener que claro que Iago arrancará casi siempre desde la derecha. En medio de la lluvia de pruebas y experimentos que se han realizado durante estas semanas de pretemporada, el moañés ha partido casi siempre desde el costado. Guidetti y Maxi Gómez se han ido alternando como "nueve" y han sido escasos los momentos en los que Iago se ha visto como principal referencia en ataque. Eso se ha trasladado a los números que el moañés ha acreditado a lo largo del verano.

Iago es uno de los cinco futbolistas que ha visto puerta en los cinco partidos disputados hasta el momento por los vigueses. Marcó ante el Sporting de Gijón en A Malata de penalti. Y desde entonces no ha vuelto a hacerlo. Tampoco ha disfrutado de demasiadas oportunidades, ni se le ha visto disparar como en otros momentos. A cambio, el equipo ha cargado su eficacia ofensiva en los dos delanteros centro con los que cuenta Unzué. De los nueve goles que han marcado los célticos en esta pretemporada cinco de ellos se los reparten entre Guidetti y Maxi Gómez. Tres lleva el sueco y dos el uruguayo. Completan el cuadro goleador del verano -a la espera de lo que ocurra ante la Roma- Jozabed (autor de los dos goles en el empate ante el Brentford, poniendo de manifiesto una de sus grandes condiciones y que en Vigo apenas habíamos disfrutado) y Brais Méndez (que marcó en el partido inaugural ante el Sporting de Gijón). Iago ha ocupado hasta el momento un papel secundario en un aspecto del juego en el que no tiene comparación en el equipo. El tiempo y la temporada nos dirá si lo visto hasta ahora es un síntoma de algo o una simple casualidad producto de un periodo de tiempo en el que conviene poner casi todo en cuestión.