El Celta sumó un empate ante el Burnley (2-2) en su segundo y último partido amistoso en Inglaterra, donde permanecerá concentrado hasta el viernes. Jozabed Sánchez fue el protagonista del equipo vigués ante el rival con mayor potencial de todos los que se ha enfrentado por ahora en la pretemporada. El centrocampista andaluz fue el autor de los dos tantos célticos, obtenidos tras realizar dos excelentes lanzamientos desde la frontal del área rival. Una vez más, Juan Carlos Unzué utilizó dos onces diferentes durante los noventa minutos y en esta ocasión dejó en la grada al portero Iván Villar y a los centrocampistas Pablo Hernández, Marcelo Díaz y Álex López.

El técnico navarro presentó de cara un equipo con muchos de los posibles titulares, liderados por un Iago Aspas que volvió a ocupar la banda derecha del ataque céltico y que intentó marcar para festejar su trigésimo cumpleaños. Tuvo una buena ocasión el moañés pero el portero del conjunto inglés adivinó su lanzamiento de falta directa.

El Celta volvió a conceder facilidades en defensa. Ayer, Unzué salió con Costas y Jonny Otto por las bandas, con Cabral y Roncaglia por el centro. Con Mallo por Costas, bien podría ser la línea titular en el arranque de la temporada. Sin embargo, el Burnley aprovechó los desajustes defensivos del rival y en el minuto 13 se puso por delante en el marcador con un gol de Brady.

Con un centro del campo poderoso, formado por Radoja, Wass y Jozabed, el equipo vigués se adueñó de la pelota y buscó la portería rival. Sin embargo, Aspas, Maxi Gómez y Hjulsager apenas encontraron espacios. El joven delantero uruguayo se mostró demasiado lento con el balón cuando intentó combinarlo.

Pero ayer era el día de Jozabed Sánchez, el exjugador del Fulham que se ganó el derecho a retornar al fútbol español después de su excelente media temporada en Balaídos. En Turf Moor, uno de los campos con más solera de Inglaterra y donde John Guidetti ejerció como local durante su etapa de cesiones por parte del Manchester City, apareció un Jozabed con llegada, ese centrocampista que el Celta llevaba tiempo buscando en el mercado. El sevillano aprovechó dos balones que le cayeron en el balcón del área para fusilar al guardameta de los Clarets.

En cinco minutos, la certera pegada de Jozabed había resuelto una complicada situación para un equipo que venía de caer ante el Brentford, de la Segunda División inglesa. Ayer, ante un rival de la Premier League (finalizó decimosexto el curso pasado), los de Unzué mostraron mayor ambición para que su dominio en el control del juego tuviese premio.

En la reanudación, Unzué presentó un once diferente, en el que la defensa volvió a conceder facilidades a un rival que en el minuto 59 obtuvo el tanto del empate. Las rotaciones volvieron a debilitar a un Celta que encontró en Lobotka a la referencia para sacar el balón jugado. El esloveno se maneja mejor como mediocentro que como interior. Ayer apareció más que en las anteriores ocasiones por la zona que en principio debía dominar Pape Cheikh. La medular se completó con un Brais Méndez que se recuperó del golpe sufrido el sábado pasado ante el Brentford.

El ataque céltico en la segunda mitad estaba formado por Beauvue y Sisto en las bandas, con Guidetti por el centro. El internacional danés fue el más activo en estos minutos finales, en los que la intensidad del partido disminuyó ante los continuos cambios de jugadores.

A pesar de no generar mayor peligro ante la portería de Rubén Blanco, el Burnley tampoco concedió claras ocasiones en su área para evitar que el amistoso ante el Celta acabase en tablas ante una afición que aplaudió los goles de su equipo y el segundo tanto de Jozabed, que ayer fue el protagonista de los célticos en un partido que comenzó con un cuarto de hora de retraso sobre el horario previsto porque el autobús del equipo vigués se vio involucrado en un atasco cuando se dirigía hacia el vetusto estadio de Turf Moor, donde los de Unzué sumaron un empate en su partido de despedida de la gira por Inglaterra.