El Celta retoca su modelo. Ha cambiado de entrenador. Renueva de forma moderada su plantilla. El estilo, aunque consistente en la inclinación ofensiva, adquirirá matices como la defensa en zona y otras alternativas tácticas. No se discute la posición jerárquica de Iago Aspas. El moañés marca el tope salarial. Es el ídolo de la afición. La figura de la escuadra. Pero también él afronta incógnitas, como su ubicación prioritaria en la cancha.

Iago ha ido variando de territorio en función del entrenador que lo manejase y la madurez de su fútbol. Eusebio y Herrera lo emplearon más como punta, con apariciones puntuales por las bandas. En su primer curso con Berizzo también frecuentó más la posición de nueve, ya que componía el tridente titular junto a Nolito y Orellana. Orillarse era un remedio ante sanciones y lesiones, abriéndole hueco a Guidetti. E igual empezó el pasado curso, pero a mediados se mudó a la banda derecha. Por cuestiones ajenas, como la marcha de Orellana, pero también por su predilección. Iago, que prefería al principio actuar en punta, aceptó e incluso promovió su caída a la derecha porque era la puerta que Lopetegui le estaba abriendo para instalarse en las convocatorias de la selección española.

La llegada de Unzué reabre el debate, en el que influyen muchas cuestiones: producción goleadora, gusto del técnico, posibilidades de la plantilla... Felipe Miñambres ha añadido otro ariete, Maxi Gómez, a la ecuación. Y Beauvue siempre se ha sentido más cómodo como delantero. También dependerá de si Hjulsager cuaja o si la llegada de alguien como Larsson multiplica las posibilidades de permuta. Pero es Aspas, en tanto que estrella, el argumento principal de su propio caso. De momento el moañés se mantiene a la expectativa. "Es un tema que no hemos hablado. He entrenado tanto en la banda como de nueve. Son decisiones que tendrá que tomar el mister", acepta. "Yo ya he dicho que estoy muy contento tanto en la banda como de delantero. Eso querrá decir que me tiene en mente para poder jugar y lo que me gusta es estar dentro del terreno de juego".

En todo caso, anticipa que la encrucijada se mantiene en los mismos términos en cuanto a la pizarra de Unzué. "Son conceptos que trabajará el mister, aunque creo que su boceto irá más sobre el 4-3-3 que sobre el 4-4-2. Llevo solo siete o seis entrenamientos. No sé lo que han trabajado en la semana anterior. Creo que el mister tiene las ideas muy claras".

Asegura Aspas que su posible presencia en el próximo Mundial no es un factor que deba contar en este dilema. "La selección queda muy lejana. Hay que empezar de la mejor manera posible. Estamos entrenando fuerte para coger los conceptos que quiere el mister. Si hago bien las cosas aquí, tendré la llamada de la selección", indica.

El celeste es consciente de su extraordinario rendimiento en la pasada temporada y de la autoexigencia que le supone intentar mantenerse a ese nivel. Su objetivo es "intentar mejorar", incluso a nivel anotador, tras anotar 14 y 19 goles en los dos últimos ejercicios ligueros. "Son grandes números. Estoy muy encima de mí para intentar mejorar y superarme a mí mismo. Sé que he hecho una gran temporada y será muy difícil. Quiero acer las cosas lo mejor posible y que al grupo le vaya como en los dos últimos años".