Tres fichajes; cero ventas. Éste es el balance de las dos primeras semanas de mercado estival en el Celta. A diferencia de anteriores veranos, el club vigués no ha hecho caja por ahora con el traspaso de ninguno de sus futbolistas. No hay grandes transacciones a la vista ni intención de vender a jugadores importantes, aunque la buena campaña firmada el pasado curso hace pensar a la dirección deportiva que acabarán llegando ofertas por los futbolistas con mejor mercado.

De momento, el Celta ha dado tres bajas sin contrapartidas. Theo Bongonda y Álvaro Lemos han sido cedidos con opción de compra al Trabzonspor y el Lens, respectivamente, Borja Iglesias ha sido prestado al Zaragoza y se ha dado la carta de libertad a Madinda para fichar por el Asteras Tripolis en una operación poco rentable en la que el Celta se guarda apenas un porcentaje de un futuro traspaso. El club busca destino a Dejan Drazic y Josep Señé, aunque no esperan beneficios y ha puesto en el mercado a Marcelo Díaz con la idea de recuperar la inversión (entre 1,5 y 1,8 millones) realizada en su momento para contratarlo. Por otros, como Guidetti, se escucharían ofertas al precio adecuado.

La ausencia de ingresos contrasta con la elevada inversión en fichajes. El club vigués se ha movido con celeridad y sin escatimar gastos para fortalecer el plantel. En apenas dos semanas de mercado, la dirección deportiva ha cerrado tres de los cuatro fichajes que ha solicitado el entrenador y apura la contratación de un extremo con el que completar el plantel. Las compras han supuesto al equipo celeste un desembolso de unos 13 millones de euros, el más elevado de la presidencia de Carlos Mouriño. Se han pagado más de 4 millones al Defensor por , otros 4 al Fulham por Jozabed y cerca de 5 al Nordsjælland, según la prensa danesa, pues el Celta no ha dado a conocer aún las cifras del fichaje. Se espera un cuarto fichaje -el favorito es el internacional sueco Sam Larsson- que podría elevar el gasto hasta los 18 o 20 millones, uno de los más elevados de la historia del club.

El importante gasto realizado en contrataciones contrasta con los menguados ingresos percibidos por salidas por primera vez en cinco años. Desde su regreso a Primera División, el club realizó cada verano una venta importante con la que obtener ingresos con los que mejorar el plantel. Solo en ventas veraniegas, el Celta ha ingresado 42,5 millones desde 2013: 18 por Nolito, 10 por Santi Mina (ambos vendidos por la cláusula), 2 por Larrivey, 0,5 por Charles, 3 por Yoel y 9 por Iago Aspas.

El gasto en fichajes ha variado en función de los años pero ha sido generalmente inferior al de los ingresos por ventas. Un claro ejemplo es Iago Aspas, vendido por 9 millones al Liverpool y recomprado dos años después por cerca de 6 al Sevilla. El pasado curso, mientras, se ingresaron 18 por Nolito y el desembolso en fichajes fue moderado: unos 5 por Sisto, el más caro, 1 millón en Naranjo, revendido en el mercado invernal al Genk con 800.000 euros de beneficio y unos 300.000 por Álvaro Lemos.

En el verano anterior el desembolso considerablemente más alto: 5 millones (que con los incentivos se elevarían casi a 6), por Aspas, 3 millones por Wass, 1,1 por Drazic y cerca de otro millón en las comisiones pagadas por el fichaje de Guidetti. En 2014, los fichajes estivales supusieron un desembolso de unos 4 millones: 1,6 por Pablo Hernández , 900.000 por Radoja y otro millón por hacer efectiva la opción de compra de Fontás, además de unos 300.000 euros en comisiones por el fichaje de Larrivey.

En 2013, el fichaje más caro fue Nolito (2,4 millones por el 70 por ciento del pase que dos años después se adquirió en su totalidad) y se gastó un millón adicional en hacer efectiva la cláusula de rescisión de Charles.

La ausencia de ingresos en el presente mercado veraniego se compensan en cierto modo con las últimas ventas invernales: 4,8 millones por los traspasos de Naranjo al Genk y Orellana al Valencia.