Cuatro jugadores con ficha del filial realizan la pretemporada con el primer equipo: Iván Villar, Diego Alende, Brais Méndez y Diego Pampín, que se estrena con los mayores. Son la avanzadilla de una generación que analiza el papel que le espera bajo el mandato de Unzué. De momento limitan su perspectiva al verano que les aguarda y que Méndez describe: "Todos los que venimos de abajo queremos estar arriba y competir. Estar al final entrenando con la gente de la que eres realmente aficionado es un sueño para todos".

La cantera ha ido perdiendo peso en la plantilla profesional a lo largo de este lustro en Primera División. Quedan pocos de los que lograron el ascenso o irrumpieron justo después, aunque bien instalados entre los titulares: Blanco o Sergio en portería, más Mallo, Jonny y Iago Aspas. Regresan de sus cesiones Álex López y David Costas, con más opciones de quedarse en el caso del segundo. Costas pertenecía a aquella brillante camada subcampeona de España que no ha podido consolidarse arriba; Mina, porque prefirió irse al Valencia; Borja Fernández, otro miembro destacado y que trabaja estos días en A Madroa, saldrá a préstamo, también posible destino del más joven Pape Cheikh.

El diagnóstico varía. Hay quien lo achaca a un cambio en la política del club, que se dejó tentar por la dejadez cuando el dinero empezó a fluir y que además creó un cortafuego en el filial al llenarlo de foráneos de más presente que futuro por su empeño en ascenderlo a Segunda. Otros apuntan a Berizzo, menos entusiasta o arriesgado en sus apuestas canteranas que Eusebio, Paco Herrera o Luis Enrique. En tal argumentación, el regreso de Unzué, que comparte ideario con su exjefe Luis Enrique, debería ser una noticia positiva para los jóvenes. Pero Brais Méndez acota: "Vamos con la misma ilusión que yo tuve el año pasado. No creo que cambie por el entrenador que esté o no".

Luego está la casuística de cada historia. Borja Iglesias eligió irse al Zaragoza porque el club había fichado a Maxi Gómez y ya tenía delante en el orden jerárquico a Aspas, Guidetti y Beauvue. Unzué fue claro con el santiagués. A Samu, en cambio, la dirección deportiva le había programado una competición directa con Jonny por el lateral izquierdo al no renovar a Planas. Pero el joven vigués prefirió ejecutar la cláusula de su contrato que le permitió irse cedido al Barça B. "Es una decisión personal. No he hablado con él desde hace unos días. Hay que respetarlo. Seguro que él vio que era lo mejor", indica Alende sobre Samu; un Alende que es central por naturaleza pero que tiene que ejercer estos días de lateral precisamente por la marcha de Samu y las vacaciones de Jonny. "Poco a poco", describe al hablar de su adaptación. "Yo estoy para la posición que él (Unzué) me necesite, tanto de central como de lateral. No tengo ningún tipo de problema".

Todos ellos son conscientes de que el Celta B será su realidad cotidiana. Estarán dispuestos por si llega la llamada de Unzué. "Ya realizar la pretemporada es un premio enorme", advierte Alende, que la considera una oportunidad de crecimiento: "Aquí el nivel de exigencia siempre es muy alto. Hay que estar siempre al máximo para intentar no marcar la diferencia". De momento disfrutan y se sienten integrados en el grupo. Méndez dice de sus mayores: "Nos tratan muy bien. Son todos muy cercanos. No te puedes quedar con uno en concreto. Siempre te fijas más en los que vienen de abajo como tú: Hugo, Iago, esa gente te marca más porque son de la cantera. Pero tanto los que son de la casa como los que no nos tratan muy bien y nos dan consejos".