Chile puso contra las cuerdas a Alemania en la Copa Confederaciones, pero se tuvo que conformar con el empate (1-1) tras una magnífica primera parte, en la que a la Roja le sobró juego y le faltó gol para batir a la campeona mundial.

Los chilenos jugaron con el corazón y los alemanes con la cabeza, y el resultado fue el mejor partido del torneo y un empate que deja todo abierto en el grupo B con vistas a la última jornada de la primera fase.

En un partido que olía a final mundialista, más que a la primera fase de la Copa Confederaciones, la Roja dio todo un recital durante 45 minutos, en los que la máquina alemana hizo agua por todas partes, aunque empató en un golpe de genio el filo del descanso.

Joachim Löw realizó algunos ajustes en el descanso y su equipo recuperó el control del juego en la segunda parte, pero le faltó malicia y apenas creó ocasiones de gol.

Ante el potencial del rival, ambos entrenadores introdujeron algunos cambios: Juan Antonio Pizzi reforzó el centro del campo con el jugador del Celta Pablo Hernández,que firmó un gran partido, en sustitución de Fuenzalida y Löw también retiró un delantero, Wagner, y salió de inicio con tres centrales. Tras varias incursiones con peligro, Alexis tiró una pared con Arturo Vidal, cuyo pase dejó solo al delantero del Arsenal, que batió a Ter Stegen con un disparo con la zurda después de que el balón golpeara en un poste. (min.6)

Cuando los equipos estaban a punto de irse a los vestuarios, los alemanes enlazaron su primera combinación decente de toda la primera parte y empataron el partido. Chile siguió dominando, pero el marcador ya no se movió.