El capitán del Girona, el vigués Richy Álvarez, anunció ayer su retirada del mundo del fútbol profesional después de pasar por seis intervenciones de rodilla en apenas dos años, aunque lo deja con la satisfacción de haber vivido el ascenso histórico de su equipo a la Primera División.

El acto de despedida del excéltico, que acaba contrato tras seis años en Montilivi, empezó con un vídeo donde aparecían algunos de los goles que logró a lo largo de esas seis temporadas.

Richy, de 33 años, empezó su discurso roto por las lágrimas: "He llegado a un punto en el que no puedo más, el dolor me supera y, después de dos años luchando, creo que es el momento de decir adiós. Me marcho con la cabeza bien alta, habiendo conseguido un sueño como es ascender a Primera".

El excanterano del Celta, que tuvo un debut efímero en el primer equipo vigués con Stoichkov, también quiso agradecer a todo el mundo el trato recibido en Girona, donde se siente "como uno más". "No quiero dejarme a nadie, hay mucha gente importante para mí en todo este recorrido, desde los fisios hasta todos los jugadores. Siempre llevaré al Girona en mi corazón", concluyó

El presidente del club, Delfi Geli, explicó que el acto servía para acompañar al futbolista "en este momento tan complicado para él" y para mostrarle todo el cariño del equipo y los seguidores: "Richy ha sido un jugador muy importante para nosotros, una pieza clave en el vestuario y alguien muy querido por la afición, se merecía una despedida así".

Por último, el director deportivo, Quique Cárcel, también se mostró agradecido al jugador, del que dijo que ha sido "un punto de apoyo" para él desde que llegó al club.