Un certero cabezazo de Juanmi en la última jugada del último partido de la temporada impidió ayer al Celta despedir a Eduardo Berizzo con la victoria que merecía. El último encuentro del Toto al frente del banquillo de Balaídos ha quedado finalmente en el empate que tanto necesitaba la Real Sociedad y que ha dejado en Balaídos una inquietante mezcla de frustración, pesar y desasosiego: pena por la pérdida de un técnico ideal, que ha conectado emocionalmente con la grada con una propuesta de juego impagable y ha encarnado como ningún otro el fútbol que anhela representar este Celta; frustración por la falta de sintonía para hacer posible el acuerdo que todos ansiábamos; e incertidumbre por la evidente dificultad de encontrar en el mercado un relevo a su altura.
Un agónico empate, al fin, en una jornada triste para el celtismo, que cierra con un ciclo históricamente brillante en el fondo y en las formas que ha alimentado grandes sueños y devuelto al Celta la finura futbolística de antaño. Díficil pensar en tiempos mejores.
la afición toma partido
Aunque el divorcio ha sido amistoso y ambas partes lamentan el desacuerdo con elogios y buenos deseos mutuos, la afición tomó ayer claramente partido en favor de Berizzo, cuyo entrada e el terreno de juego fue recibida con una emocionada ovación. La aclamación del técnico contrastó con los reproches al presidente. "Berizzo, sí, Mouriño no", fue el más repetido, aunque un sector de la afición pidió entre silbidos de otro la dimisión del dirigente. "Mouriño vete ya" se gritó, primero con fuerza y luego cada vez más tímidamente, en una sección del estadio.
En la hora despedida, tras concluir el choque, Berizzo se convirtió ya en el único protagonista de la tarde cuando Balaídos rompió en un monumental aplauso y el técnico argentino, rodeado de sus jugadores, saludó desde el círculo central a la afición antes de abandonar, puño en alto, el campo en medio de una gran ovación.
máxima igualdad
Tanto Eduardo Berizzo como Eusebio Sacristán recurrieron a sus mejores elementos en un partido que los dos querían ganar por distintos motivos. El Toto para cerrar el círculo con una victoria, los jugadores para brindársela al entrenador que los ha llevado tan lejos y la Real porque necesitaba puntuar imperativamente para apuntalar la sexta plaza y garantizarse, de este modo, la clasificación para la próxima edición de la UEFA Europa League. La consecuencia fue un duelo muy igualado, con reparto de la pelota e intercambio de golpes en ambas áreas, donde ambos equipos tuvieron problemas en la finalización de las jugadas.
un "gato" centenario
Sergio Álvarez ha llegado al final de temporada en el mejor momento de su carrera. El Gato de Catoira cumplía ayer su partido número cien con el Celta en Primera División y lo celebró con un par de paradas antológicas en el primer tiempo: suspendido en el aire para sacar con el pie, en una parada de balonmano, un remate a bocajarro de William José y evitando, también con el pie, el gol de Carlos Vela en una jugada en la que Jonny sacó a continuación bajo palos un disparo de Oyarzábal. No mucho después Cabral sacó también sobre la línea de gol un tiro de Xabi Prieto.
El Celta también lo intentó sin éxito en este primer tiempo. Wass fue el que más se aproximó con un tiro desviado desde la frontal y, tras un gran servicio de Pione Sisto, con otro disparo en muy buena posición que acabó en la grada.
entra jozabed
La escasa aportación de Guidetti, exasperantemente lento ayer, llevó a Berizzo a mover ficha tras el intervalo. Jozabed relevó al sueco y el fútbol de Celta mejoró en elaboración y pegada. El propio sevillano hizo lucirse a Rulli con un gran disparo antes de que Aspas forzarse el penalti que permitió a los celestes inaugurar el marcador al inicio del segundo tiempo.
el bonito gesto de aspas
Necesitaba Iago Aspas marcar algún gol para garantizarse el Trofeo Zarra al máximo goleador nacional del campeonato. Y el moañés acudió puntual a su cita con el gol transformando un penalti que el mismo se guisó.A diferencia de hace unos días en el partido contra el Real Madrid, el árbitro sí apreció ayer el derribo de Íñigo Martínez al moañés en el área realista y no dudó un instante en señalar el punto fatídico. Aspas recogió el balón se tomó su tiempo y anotó, de nuevo sin fallo, su séptimo gol de penalti y decimonoveno del curso en la Liga Veinte seis goles, más que en su mejor temporada en Segunda, ha firmado este curso el internacional céltico. Pero el de ayer a la Real Sociedad no se recordará por su factura, sino por el bonito gesto de dedicárselo a Berizzo.
hjulsager pide paso
Llevaba algunos partidos dejando detalles interesantes y el joven atacante danés despidió la temporada con una actuación que le confirma como uno de los hombres a tener en cuenta el próximo curso. Su gol, perfilándose con la derecha hasta encontrar línea de tiro, para batir a Rulli por la escuadra, una pequeña obra de arte.
