El sueño del Celta se quedó en el remate que Beauvue no quiso realizar cuando Old Trafford se preparaba para vivir la noche más amarga. La generosidad del guadalupeño para que otro compañero se llevase la gloria acabó con la esperanza de que el equipo de Berizzo estuviese el 24 de mayo disputando la final de la Europa League en Solna. Solo le faltó ese remate del último segundo, el que conducía a la eternidad. Porque no hay nada más grande y hermoso en el fútbol que ganar en el "Teatro de los Sueños". Y el Celta estuvo a punto de conseguirlo ayer, cuando a falta de cinco minutos para el final del partido Roncaglia igualó el gol que en el minuto 17 había logrado Fellaini, también de cabeza. Y esos cinco minutos finales se le hicieron eternos al Manchester United porque la trifulca que acabó con Bailly y con Roncaglia en el vestuario por expulsión le dio al partido el punto de locura necesario para que ocurriese cualquier cosa, algo maravilloso para el celtismo. Pero Beauvue pensó que mejor sería pasársela a un compañero para que fusilara a Romero. Y ahí se acabó el sueño europeo del Celta de Berizzo, que cuando algunos de sus jugadores seguían llorando, él se marchó hacia la afición celeste para dedicarle un prolongado aplauso, mientras desde la grada le pedían que se quedase un año más. Porque este equipo es de Berizzo y de una afición que se negó a marcharse del "Teatro de los Sueños" hasta que sus jugadores volviesen al terreno de juego donde había caído con la mayor dignidad. Y cuando se cumplió su deseo, el Celta y su afición protagonizaron un momento inolvidable, que quedará para siempre en el recuerdo de un estadio que ni los nazis pudieron destruir.

El Celta acarició el triunfo, pero se le escapó como ante el Olympique de Marsella, en aquel balón al que no llegó Gudelj por unos centímetros. A pesar de ese fracaso, el Celta volvió a levantarse, volvió a caer y ahora ha tocado el cielo, pero el United no le dejó permanecer en él más allá del minuto 90 del partido de ayer, que comenzó a pederse hace una semana en Vigo.

Entonces, Mourinho y Berizzo plantearon un duelo de 180 minutos. Ayer repitieron el once de Balaídos, donde el gol de Rashford a la hora de juego puso en ventaja al United. Para no ser menos que el argentino, el técnico portugués dijo en la víspera que éste también era el partido más importante de la historia de los "Red Devils". "Special One" siempre intenta reescribir la historia, allá dónde lo contraten. Pero vuelve a manejar un trasatlántico de lujo, el equipo más rico del mundo, al que siguen 600 millones de aficionados.

Y a pesar de la notable diferencias, el Celta volvió a ser valiente ayer, como lo ha sido en otros grandiosos escenarios, como el Bernabéu o el Nou Camp. Por eso, ayer reunió a 2.600 incondicionales en Old Trafford, donde a pesar de la inferioridad numérca con la hinchada local siguió el ejemplo de su equipo y se presentó en el "Teatro de los Sueños" sin complejos, sabiendo de antemano la dificultad que le esperaba a su equipo para poder estar en la final de Solna, pero puso todo su empeño y su garganta para darle impulso a sus jugadores. Y los de Berizzo recogieron el mensaje y esta vez salieron a jugar sin presión. No tenían nada que perder.

La vida se les complicó a los célticos cuando Rashford, otra vez la joven estrella que tiene que hacer olvidar a Ibrahimovic, agarró el balón cerca del área y sirvió un centro para Fellaini, que en carrera remató de cabeza.

Esta vez, el fútbol era injusto con el Celta, que había llevado la iniciativa en el arranque del partido. El United espera y desesperaba por momentos a su afición, que protestó que sus jugadores retrasen el balón cuando iniciaban una jugada de ataque posicional. A continuación, los de Mourinho regalaron a Old Trafford un gol simple y sencillo, eso que en este juego supone lo más difícil y solo al alcance de unos pocos. Como Rashford, un diamante en manos de un Mourinho que con el marcador a favor dejó que el Celta tuviese el control de la pelota, pero tomando más precauciones defensivas de lo que se espera de un equipo con tanto potencial. Esa cicatería a llevado al United a quedarse fuera del top 4 de la Premier League. A otro entrenador le costaría el puesto. El portugués tiene crédito, al menos hasta Solna.

Hasta Suecia no llegará el Celta, pero dejó escrita una bella página de fútbol en Old Trafford, en el "Teatro de los Sueños", donde Bobby Charlton creía que todo era posible. Ayer, volvió a no serlo para el equipo vigués, pero de aquí se marcha con la cabeza alta, demostrando que con "afouteza" se puede pelear contra cualquiera.

Porque para intentar darle la vuelta al partido, Berizzo dio entrada tras el descanso a Jozabed por Wass. Quería más talento, aunque se perdiese músculo. Y el Celta entonces llegó con más peligro al área de Romero y tuvo ocasiones par marcar antes de que Roncaglia. El belga entró por Radoja, en un último intento a la desesperada de Berizzo, para intentar repetir el éxito que su maestro Bielsa había conseguido en este mismo escenario en 2012. Pero esta vez no pudo ser. Beauvue quiso ser generoso, lo que no fue ayer el fútbol con el Celta, que se marchó con un empate pero tras protagonizar una de sus grandes noches.