Mourinho ha conseguido en su primer año en el Manchester United que el equipo británico se vaya pareciendo cada vez más a su modelo ideal. Le falta mucho trabajo, pero a estas alturas es difícil dudar que la próxima temporada el cuadro de Old Trafford estará en condiciones de pelear por casi todos los títulos que haya en juego. Tiene que ver con una forma de entender la competición que pasa, por encima de todo, por hacerse casi invulnerable en su propio domicilio.

El Celta llega a Old Trafford con la obligación de marcar si quiere estar en la final del torneo continental (dos goles si no quiere jugarse su destino en los lanzamientos de penalti). Esta temporada el Manchester United ha jugado veintisiete partidos como local y en ellos solo un equipo, el Manchester City, ha sido capaz de marcarle dos goles. Sucedió en la Liga, en el segundo encuentro que los de Mourinho jugaban en su campo en el torneo de la regularidad. Los de Guardiola se impusieron por 1-2 tras un gran primer tiempo en el que consiguiero secuestrar el balón e impedir al United disfrutar de un mínimo de posesión. Aquella fue la única derrota en su estadio en las cuatro competiciones que esta temporada disputan o han disputado los "red devils". De esos veintisiete partidos en su campo han conseguido dejar su portería a cero en catorce ocasiones y luego ha habido doce equipos que han conseguido marcarle un gol, que parece el límite que el conjunto de Mourinho está dispuesto a conceder a los visitantes en el estadio británico. En el torneo doméstico, en la Premier League, es donde el equipo ha mostrado más debilidad en su campo. Porque a la derrota ante el Manchester City hay que sumar los nueve equipos que lograron un gol y que a seis de ellos les valió para conseguir un punto.

En los torneos coperos, el equipo entrenado por Jose Mourinho también ha mostrado una enorme solvencia en los encuentros disputados en su campo. No encajaron en los dos partidos jugados de Copa y en la Copa de la Liga (que acabarían ganando) solo se les escapó un gol (en el 4-1 ante el West Ham). Desde la llegada del portugués Old Trafford es más fortín que nunca.