El final de Liga es la cruz de este Celta que solo muestra su cara en Europa League. Los vigueses vuelven a quedarse en blanco por cuarta jornada consecutiva después de un mal partido en La Rosaleda ante el Málaga (3-0). Los celestes volvieron a mostrar una versión muy lejana de sí mismos, sin ambición ni ideas para hacer daño a su rival. Los goles de Ontiveros, en el primer tiempo, y de Recio y Sandro en el segundo, sentenciaron a un Celta cuya única prioridad siempre fue el partido del jueves ante el Manchester United en Old Trafford, cita en la que los olívicos tratarán de lograr remontar ante un coloso europeo y meterse en la final de Solna.

Eduardo Berizzo volvió a ahorrar esfuerzos a los jugadores más habituales. En La Rosaleda solo Sergio y Cabral repitieron respecto a los once que jugaron de titulares ante el United. Pero la segunda unidad del Celta, una jornada más, no logró ese punto de competitividad que les exigía el ´Toto´ en la previa. El Málaga fue superior en todas las parcelas del campo y solo la inspiración y los reflejos de Sergio Álvarez evitaron un marcador más abultado.

Sergio, el único fijo de la plantilla tanto en Liga como en Europa, es el futbolista que mejor ha llegado a la recta final de la temporada. El guardameta catoirense volvió a demostrar durante la primera mitad en La Rosaleda su capacidad para sostener al equipo. El portero celeste amargó el choque a Sandro Ramírez. El delantero del Málaga fue una auténtica pesadilla para la zaga del Celta pero no pudo superar a Sergio hasta el tiempo de descuento. El guardameta canterano hizo tres paradones al delantero canario en la primera mitad, aunque poco pudo hacer ante el disparo de Ontiveros a los 25 minutos que significó el primer gol. El joven centrocampista se marchó de Pape Cheikh y aprovechó el pasillo que le dejó Sergi Gómez para lanzar un zurdazo al interior de la red.

El Celta, mientras tanto, sacaba a relucir las carencias que está paseando partido tras partido en esta recta final de Liga. La Europa League es la prioridad del equipo y las últimas jornadas del campeonato doméstico están siendo un calvario para los vigueses. El Celta no consiguió hacerse con la batuta del juego en los noventa minutos y permitió que Kameni fuese otro espectador más en La Rosaleda.

Sin embargo, el curso del encuentro pudo cambiar al inicio de la segunda mitad. Marcelo Díaz estrelló un lanzamiento de falta contra el palo de la portería del Málaga. Pero de lo que pudo ser el empate se pasó al segundo tanto de los andaluces. Cabral derribó a Sandro dentro del área y Recio transformó el penalti. El carrusel de cambios de ambos equipos y las continuas interrupciones por faltas (Berizzo terminó expulsado después de un rifirrafe entre los dos banquillos) frenaron redujeron el ritmo de un partido visto para sentencia. Claudio Beauvue tuvo en sus botas el gol del honor en el descuento tras un centro de Hjulsager, pero lo que llegó fue el tercero del cuadro local. Sandro marcó a placer tras una rápida en el balcón del área.