Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Celta flaquea en su apuesta por la Liga

El plan de Berizzo de reactivar al equipo con los menos habituales y un dibujo inédito se desmorona ante un buen Betis

Facundo Roncaglia marca a Dani Ceballos en presencia de Álvaro Lemos durante el encuentro entre el Celta y el Betis celebrado ayer en Balaídos. // Alba Villar

El plan de Berizzo de reengancharse al tren de la Liga con la Unidad B zozobra con la derrota cedida ayer tarde frente al Betis en una de los peores partidos del curso en Balaídos. El cambio de dibujo que el entrenador celeste se sacó de la manga para desarmar la defensa de cinco dispuesta por Víctor Sánchez del Amo pesó como una losa sobre los suplentes, que sufrieron para asimilar la idea y se sintieron muy incómodos en el desacostumbrado traje confeccionado por el técnico. El conjunto verdiblanco es el único equipo de Primera División al que Berizzo todavía no ha conseguido ganar.

La pelota y las ocasiones fueron del Betis, más intenso y motivado. Aunque no le iba más en el envite que el orgullo, el equipo sevillano gobernó confortablemente el partido frente a un Celta pacato, irreconocible en un primer tiempo infamante, que los celestes dedicaron a perseguir sombras.

Solo mejoró el Celta cuando Darko Brasanac adelantó en el marcador a los heliopolitanos embocando en el área pequeña un gran centro de Durmisi desde la banda izquierda. Los cambios en el segundo tiempo pero especialmente la entrada en el campo de Jonny y luego de Daniel Wass reactivaron al Celta, que al menos sacó fuerzas de flaqueza para perseguir (sin mucho éxito) el empate.

Aunque Berizzo no es de lo que tiran la toalla, la derrota encajada ayer, quinta de la temporada en casa, desconecta de modo casi definitivo al equipo vigués de la batalla por regresar a Europa por la vía de la Liga. La UEFA Europa League parece ahora el camino más fácil para regresar al continente. El premio, ganar un título y participar el próximo año en la Liga de Campeones, merece un esfuerzo mayúsculo.

un dibujo inédito

Berizzo trató de desarmar el peculiar esquema del Betis, un 5-3-2, con un dibujo inédito: cuatro defensas, cuatro centrocampistas y dos delanteros. El preparador argentino repitió la defensa de Granada (Lemos, Sergi, Roncaglia y Planas,) desplegó en el medio campo un cuarteto atípico, (Radoja, Marcelo Días, Jozabed y Pape) y situó a Bongonda, que estuvo perdido lejos de su espacio natural en la banda, y al sueco John Guidetti, aún algo afectado por el proceso gripal que le obligó a pedir el cambio en Genk, como improvisada pareja de delanteros.

Resulta difícil discernir si la renuncia del Celta a la pelota fue mérito del Betis o un problema del apretado corsé táctico con que el técnico quiso sorprender al adversario y acabó sorprendiendo a sus propios futbolistas. Probablemente hubo exceso de celo para extremar los marcajes individuales de los mayores talentos béticos -Pape fue la sombra de Ceballos y Radoja se pasó la tarde persiguiendo a Joaquín- y faltó determinación para reclamar el balón y moverlo con velocidad en busca del marco rival. El Celta perdió casi por completo su identidad.

el regalo desaprovechado

Aunque el Betis puso el fútbol y las llegadas a la portería, el Celta tuvo la más clara ocasión del partido. Pura chiripa. Un regalo del medio campo bético, que retrasó sin exigencia un balón y entregó a Bongonda un mano a mano con Adán. Inexplicablemente, el belga disparó de lleno al muñeco con tiempo de sobra para definir y toda la portería a su disposición. La jugada concluyó con un disparo de Jozabed al lateral de la red tras incorporarse éste y Guidetti al ataque y fue la única acción de verdadero peligro que el Celta fue capaz de generar en toda la primera parte.

el rival no perdona

La leve mejoría del Celta en el inicio del segundo tiempo no impidió al Betis inaugurar pronto el marcador en un contragolpe. Un acción rápida y simple, de muy pocos toques, acabó en el fondo de la portería de Sergio. El protagonismo de la jugada se lo repartieron Durmisi, el carrilero zurdo danés que Miguel Torrecilla tuvo en su agenda para el Celta, y el serbio Darko Brasanac. El escandinavo galopó pegado a la línea de cal y bombeó desde 20 metros un centro al cogollo del área que el balcánico, anticipándose al marcaje de Roncaglia, remachó en boca de gol con testarazo inasequible para Sergio Álvarez.

lesión de planas

Los problemas parecían crecer para el Celta, con la lesión de Planas, que tuvo que pedir el cambio después de recibir un golpe tras una falta de un rival. El catalán se retiró del campo -sufre un golpe en la tibia izquierda cuyo alcance está por determinar- y dejó su sitio a Jonny, que revolucionó al equipo celeste. La entrada en el campo del lateral de Matamá fue un soplo de aire fresco para el equipo de Berizzo, que mejoró en el quite y robó un par de balones para armar el ataque, aunque con poca claridad de ideas. El posterior ingreso de Wass (antes Beauvue había suplido a Guidetti) permitió al Celta dominar el tramo final del partido e incluso perseguir el empate en un par de acciones a balón parado.

La bestia negra de berizzo

La cautela con que Berizzo programó el plan de batalla contra el Betis certifica las dificultades que el técnico ha tenido para derrotar a los verdiblancos, el único conjunto de Primera División que aún se le resiste al Toto. Hasta ayer no le había ganado pero tampoco había perdido. Los cinco enfrentamientos anteriores se saldaron con otros tantos empates y la derrota de ayer acentúa sus discretos números contra el cuadro sevillano, un equipo en tierra de nadie, sin riesgo de descenso ni opciones de batallar por las plazas de privilegio, que cierra casi definitivamente al Celta el camino para regresar este curso a Europa por la vía de la Liga.

Compartir el artículo

stats