La clasificación del Celta para sus primeras semifinales de la Europa League ha generado un tsunami de ilusión en la ciudad desconocido desde que el equipo se clasificó hace casi 17 años para su última final de la Copa del Rey en Sevilla. A pesar de que al grupo de Berizzo le ha tocado bailar con la más fea, el Manchester United, en la penúltima ronda del segundo torneo continental, la afición confía ciegamente en la capacidad del Celta para superar al poderoso conjunto de José Mouriño y llevar al cuadro celeste a su primera final de un gran torneo internacional. El Teatro de los Sueños, nombre con que Sir Bobby Charlton, el legendario delantero del United y la selección inglesa bautizó el centenario estadio de Old Trafford, es el penúltimo obstáculo que se interpone en el camino del Celta y su primera final continental.

Para celebrar la clasificación de semifinales, unos dos centenares de incondicionales celestes se desplazaron ayer tarde hasta la ciudad deportiva de A Madroa para felicitar al equipo por su histórico logro, jalear a los futbolistas en su camino hacia la final y animarles también para la competición doméstica, que se reanuda este domingo con la visita del Betis a Balaídos.

Una ola de euforia recorrió las instalaciones deportivas celestes. Dos centenares de aficionados de todas las edades contemplaron el entrenamiento dispuesto por Eduardo Berizzo jaleando a los futbolistas, cuyos nombres fueron coreados durante toda la sesión, con cánticos y felicitaciones. Iago Aspas, Pione Sisto y el propio Berizzo fueron los nombres más repetidos durante la suave sesión preparatoria -de descarga para los titulares en Genk y algo más intensa para los suplentes- dispuesta por el preparador celeste.

La apoteosis se produjo a la conclusión del entrenamiento. Los aficionados esperaron pacientemente en la puerta de la ciudad deportiva la salida de los jugadores para inmortalizarse con los héroes de Genk u obtener su rúbrica en sus bufandas y camisetas. Los gritos de ánimo resonaron por el aparcamiento de la instalación que se vio invadida por una gran euforia. El Celta ha conseguido esta temporada que la ilusión de su gente esté constantemente a flor de piel.