El Sheephaven Bay, un pub tradicional ubicado en el barrio londinense de Camdem Town, anochece abarrotado el jueves, a horas ya intempestivas para la costumbre del país. Medio centenar de parroquianos, la mayoría vestidos con prendas celestes, miran hipnotizados el partido que se ofrece en el televisor. No juega ningún inglés. Pronuncian como "celeste" su "light blue". Son miembros y adheridos de London Celtas. "Batimos nuestro récord absoluto de gente. Una locura", reconoce María Sabarís, portavoz de la peña, de fiesta doble. El jueves, por la clasificación; el viernes, por el emparejamiento contra el Manchester, que llevará al equipo de sus amores a la isla de su emigración.

"Yo sufrí mucho", reconoce Sabarís al valorar el partido en Genk. "En el minuto 80 empecé a hacer cosas, fui al baño, me levantaba, me sentaba, quería que pasara el tiempo. En las semifinales contra el Alavés ya había tenido un mal presentimiento. La derrota ante el Granada en aquel play off de ascenso se me quedó metida dentro. Por eso no quería mirar".

A diferencia de esas ocasiones, esta vez su tortura terminó en júbilo, que el resultado del sorteo refuerza. "Es genial. Estamos todos superilusionados y supercontentos. Yo prefería el Ajax. El Lyon era el que nadie quería. El Manchester nos hace un montón de ilusión porque podemos ir todos juntos. Cuando formamos la peña, nuestro sueño era poder ver al Celta aquí. No es Londres, pero está cerca, a cuatro horas y media en coche y dos horas en el tren rápido".

A London Celtas, como a todos los celtistas que no pueden acudir a las taquillas de Balaídos, les inquieta el proceso de venta de entradas. "Lo primero que hicimos esta mañana fue enviarle un correo a la Federación de Peñas", revela Sabarís. "Ya nos quedamos alguna vez sin poder ir, como a Vitoria. Somos un grupo grande, estamos al lado de Manchester y nos parecería muy injusto que no nos echasen un cable". Del United se espera una cuota generosa: "Había 3.000 personas del Anderletch en Old Trafford. Entiendo que con 3.000 entradas no habrá problemas".

La mística de los "red devils" compensa su dificultad. "Es un cómputo de todo, ver al Celta en semifinales por primera vez y además en Old Trafford. Mejor que verlo en Lyon, con todos mis respetos, o en Amsterdam, que ya lo vimos. La alineación es perfecta. Y ojalá lleguemos a la final, pero si no lo conseguimos, habremos disfrutado de las semifinales", reflexiona. Y no es que descarte en absoluto la clasificación: "Este Manchester United no me parece un rival al que el Celta no le pueda ganar. Ha sufrido en casi todas las eliminatoria para pasar antes equipos que supuestamente son mucho peores que él. Hoy me escribió un compañero de trabajo para preguntarme si estaba contenta. 'Es un poco difícil', le respondí yo. Y él me decía que que el Manchester no está haciendo nada. Yo creo que está incluso peor que el Arsenal y mira que el Arsenal está mal. Es cierto que es su única posibilidad de ir a Champions porque por la liga no se van a meter".

Sabarís no descarta incluso que el Celta encuentre aliados en otras hinchadas inglesas, lo que es patenten en la del Liverpool. "En general al Manchester no le tienen demasiado cariño las aficiones de los otros equipos y tampoco a Mouriño, aunque en el Chelsea sí. Un compañero del Chelsea me decía el otro día que todavía siente resquemor por la marcha de Mourinho". Y advierte que el United o al menos su entorno puede pecar de soberbia, según lo que ha percibido en las redes sociales: "Para el Manchester, el Celta es como nuestro Alavés. La gente está flipada. Se ven ya en la final".