Con independencia del pase a semifinales de un torneo europeo creo que toca poner de manifiesto el servicio impagable que el Celta hace ahora y desde siempre a nuestra ciudad y su área metropolitana.

Si hacemos una somera reflexión del valor añadido que un Celta de Primera jugando un torneo europeo representa nos daremos cuenta de que cualquier inversión, facilidad y trato preferencial con respeto a la ley está mas que justificada y este argumento lo mantengo ahora y lo mantuve durante los años en los que tuve responsabilidad como vicepresidente en la gestión del club.

Llevo muchos años sintiendo el orgullo del celtismo como vigués (aunque sea de adopción) y creo que en horas altas y bajas he tratado de mantener una vez fuera del club una posición constructiva siempre pensando que el bien del Celta es el bien de Vigo. El equipo actual y la entidad han roto un techo de la época de Mostovoi, Michel, Mazinho que no era fácil romper y lo han hecho desde la base, el buen tino y unos comienzos titubeantes y a veces erráticos que nos sumieron unos años en Segunda División, pero que fueron un banco de pruebas y aprendizaje que ha servido para una trayectoria ascendente y sólida.

El futbol no obstante hay veces que no está acorde con la gestión y una plaga de lesiones o de malos arbitrajes puede dar al traste con la mejor planificación del mundo; eso y lo aleatorio de los partidos sujetos a múltiples variables, cuyo control se nos escapan, lo hacen imprevisible a medio y no digamos a largo plazo. Pero el proyecto del Celta actual ofrece ingredientes novedosos y sólidos que merecen ser apoyados. Creo que debo de aprovechar este escenario histórico para una vez mas pedir a nuestros políticos que no entorpezcan con chorradas, personalismos y puntillosidad la voluntad expansiva de la institución, que den cauce al crecimiento, que faciliten los trámites para que el capital que se quiere invertir en el Celta y en Vigo por ende se quede en Vigo. Que asuman con pragmatismo que HAY QUE DEJAR CRECER E INVERTIR, que no podemos estar quejándonos eternamente de que se marchan las empresas de Vigo y terminamos echando a las que se quieren quedar.

Durante estos días he visto en FARO DE VIGO algunas opiniones que se hacían eco de un artículo mío poniendo de ejemplo la venta del estadio de La Peineta al Atlético de Madrid. Sería bueno que entre todos se consiguiera un cambio de actitud en el Concello en la misma línea acertada que se está actuando ahora con las instalaciones de la Etea para el Campus del Mar y es que a nuestro mar es difícil ponerle diques. Al Celta por lo que representa hay que ponerle alfombra roja y mucho más ahora que mientras escribo este artículo el sorteo nos depara al Manchester United con un comienzo en Balaídos; de auténtico lujo con el nombre de Vigo en todos los periódicos y medios de comunicación del mundo. Será francamente curioso el palco de autoridades ese día. De las vicisitudes en el palco en jornadas parecidas algún día relataré largo y tendido el rico anecdotario que retrata a muchos de nuestros representantes políticos; los codos para salir en la foto más que cuando Fernando Hierro (gran jugador) defendía jugadas a balón prado.

*Exvicepresidente del Celta