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El alborotador de Genk

Pione Sisto vivió en los cuartos de final su primer momento cumbre desde que el pasado verano se convirtiese en el fichaje más ilusionante del Celta. Regresa ahora a Old Trafford, lugar en el que hace un año logró un gol maravilloso

Sisto dispara en la jugada que supuso el gol del Celta en Genk. // Reuters

Pione Sisto acaba de vivir su primer gran momento en el Celta desde que hace unos meses se convirtiese en el fichaje más ilusionante que había hecho el equipo durante el verano. En los tiempos de masivo consumo digital y de la dictadura de las redes sociales, la llegada del danés supuso una conmoción general. A sus vídeos de youtube, esos que con demasiada frecuencia alimentan las esperanzas de los aficionados, solo les faltaba la música celestial. Y esa música se comenzó a escuchar con más claridad que nunca en la eliminatoria contra el Genk. Pione fue esencial en el desarrollo de la eliminatoria (marcó en la ida y en la vuelta) pero el del pasado jueves en el Luminus Arena es el primer gol realmente determinante que anota con la camiseta del Celta.

El destino ha querido poner al extremo danés ahora en la misma senda del Manchester United, equipo contra el que hace un año hizo su gran presentación a nivel internacional. El Midtjylland se enfrentó a los Red Devils en el duelo de dieciseisavos de final de la Europa League y allí la figura de Pione Sisto emergió en toda su extensión. Obró dos golazos. Uno en el 2-1 conseguido por los daneses en su estadio y luego en el engañoso 5-1 en Old Trafford. Allí, en el "Teatro de los Sueños", el escenario que pisará dentro de unas semanas con el Celta, Sisto anotó uno de esos goles que dan la vuelta al mundo. Un control, dos regates en apenas un palmo, un quiebro de cintura y un remate ajustado al palo derecho. El mundo se lanzó entonces a por él excitados por las imágenes que escupían los noticiarios, pero el Celta ya había dado pasos claves para conseguir la propiedad del prometedor delantero danés.

Aquel no era el primer vídeo protagonizado por Pione Sisto y que había generado una importante conmoción. Meses antes había sucedido pero por motivos bien diferentes. Después de la convocatoria con la selección sub'21, durante una rueda de prensa, se presentaron allí sus padres sudaneses y para celebrar el momento comenzaron a bailar una danza ritual invocando a la buena suerte. Pione, tímido al principio, acabó quitándose la camiseta, impregnando su cuerpo de pintura y bailando en compañía de sus padres. Una imagen que de haber tenido lugar en la sala de prensa de un equipo más grande que el Midtjylland haría dado la vuelta al mundo tres veces. Un detalle que de forma inequívoca servía para recordar los azarosos primeros meses de vida que tuvo Pione. Porque Sisto es natural de Sudán del Sur. Solo tenía unas semanas de vida cuando en brazos de su madre cruzó la frontera con Uganda en compañía de sus seis hermanos. Más de doscientos kilómetros que familias enteras recorrían a pie para escapar de la guerra civil que desangraba el país. Con suerte sus padres llegaron a uno de los campos de refugiados, donde estaban a salvo de los disparos, pero la vida se convierte en una sucesión interminable de preguntas. En abril de 1995, cuando solo tenía dos meses de vida, se autorizó la salida de la familia en dirección a Dinamarca, uno de los destinos habituales de los refugiados sudaneses. Allí se asentaron, en un pueblo del norte de Dinamarca llamado Skive. De allí se trasladaron a Herning, ciudad situada en el centro de la península. Fue precisamente allí donde Pione y el fútbol comenzaron su relación de amor. Empezó a jugar en el Tjorring, pero no tardó en entrar en escena el Midtjylland, que echó las redes sobre él y con diecisiete años debutó en el campeonato danés. No tardó en llamar la atención de todo el mundo. Llegaron los goles, el título de Liga, la convocatoria de la selección...las llamadas de los clubes europeos, los goles al Manchester United y el fichaje por el Celta.

En Vigo no ha tardado en congeniar dentro y fuera del campo con la plantilla de futbolistas que hay actualmente en el Celta. Le ayuda su carácter risueño y agradable, su frescura en el juego. El idioma que hablan es el mismo aunque a veces se hace palpable que le quedan horas de convivencia dentro del vestuario y dentro del campo para terminar de alcanzar ese grado de compenetración que dispararía el potencia del equipo y al mismo tiempo le evitaría alguna bronca por parte de Iago Aspas, el que de un modo más público le hace ver los defectos que aún hay en su fútbol. Pero Pione aprende rápido. Comenzó alternando en las alineaciones con Bongonda y ha terminado por comerse por los pies al extremo belga. Ahora mismo Pione es uno de los fijos de Berizzo en las alineaciones y su papel ante el genk ha reforzado ese protagonismo. Ahora el destino le pone de nuevo ante la camiseta del Manchester United, el equipo que ayudó a enviarle al cielo mediático, de donde le recogió el Celta para depositarle tranquilamente en los brazos de un celtismo que ya le ha elegido como uno de los dueños de su corazón.

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