El 16 de abril de 2016, las redes sociales se llenaron de buenos deseos y felicitaciones para Claudio Beauvue. Cumplía ese día 28 años y Berizzo le alinearía como titular ante el Betis. Poco podía imaginar el delantero de Guadalupe que estaba a punto de vivir su cumpleaños más amargo. Ese día el futbolista que llevaba apenas unos meses en el Celta se rompía el talón de Aquiles y se enfrentaba a un largo periodo de baja, superior al que en un principio se había calculado. Lo normal por otro lado en esta clase de lesiones.

Ayer justo se cumplía un año de ese desgraciado día. Volvía a estar de cumpleaños Beauvue. Esta vez celebraba su aniversario número 29. Y nuevamente Berizzo, tal y como había anunciado en la previa, le colocaba en el equipo titular. Pero la celebración no tuvo nada que ver con la de 2016. Ayer el día acabó de manera inmejorable. El de Guadalupe fue uno de los futbolistas más sobresalientes del equipo, marcó un gol y dio la asistencia a Jozabed para que abriese el marcador en el primer tiempo. Una actuación que vuelve a dar la razón a los que le consideran uno de los grandes refuerzos para el futuro del equipo. Que su recuperación es una gran noticia no solo para lo que resta de temporada sino para todo lo que debe venir detrás.

Una vez más Beauvue ha vuelto a poner en evidencia la rapidez y reflejos para cazar algunos remates. Así se estrenó como goleador en el Celta hace más de un año, pero su gol de ayer es una muestra de la facilidad que tiene para engatillar la pierna derecha. Sucedió en el tercer gol del equipo vigués. Hizo bien el de Guadalupe en seguir la carrera de Bongonda al espacio. El belga remató con violencia al palo derecho de la portería de Ochoa. El rechace cogió una enorme velocidad hacia el corazón del área, por donde apareció Beauvue en compañía de uno de los centrales del Granada. De forma instintiva, como un puro reflejo, Beauvue metió el interior de la bota. Agilidad, intuición y clase en una misma acción.

El defensa del equipo andaluz aún estaba planteándose qué había sucedido cuando Beauvue ya corría hacia la banda para celebrar el gol con sus compañeros. La jugada describe a un futbolista que parece sentirse cómodo en el área y que tiene instinto en el territorio donde se deciden partidos. Esa claridad de piernas y de mente también la puso en evidencia en la jugada del primer gol en la que se inventó un pase interior a Jozabed cuando parecía que el balón estaba fuera de su control y había sido desequilibrado por el empuje del marcador. Pero en ese momento habilitó al andaluz con otro fogonazo de pura calidad. Y el Celta comenzó entonces a escribir una victoria que le mantiene en la pelea por el séptimo puesto y que le permite viajar a Bélgica cargado de moral. Todo ello el día que Beauvue volvía a celebrar un cumpleaños.